La plantilla del Real Madrid completó la sesión de trabajo más dura desde que llegó a Austria, con 6,4 kilómetros de carrera, en sesiones a alto ritmo, con las que el preparador físico, Valter Di Salvo, entrenó el "metabolismo láctico".

En la mañana del tercer día de entrenamiento, Di Salvo tenía reservados los momentos de más dureza. Seis series de 600 metros, cuatro de 400 y otras cuatro de 300 para un grupo de jugadores entre los que se exhibieron Mahamadou Diarra y Arjen Robben, y lo pasaron mal José María Gutiérrez "Guti" y Gabriel Heinze.

"Hacemos un trabajo de potencia aeróbica", les informaba Di Salvo en los segundos que descansaban los jugadores entre cada serie. "Entrenamos el metabolismo láctico", añadió refiriéndose al mecanismo de producción de energía sin la utilización de oxigeno y generando ácido láctico.

Fue una hora de intenso trabajo físico. Posteriormente, los jugadores del Real Madrid, salvo los lesionados Robinho y Roberto Soldado, además de Fabio Cannavaro, que se entrenó al margen, se calzaron las botas para disputar unos partidos a mitad de campo.