El miedo a que Leo Messi pueda abandonar el Barcelona en busca de mejores condiciones económicas ha llevado a la junta directiva, con la venia del secretario técnico, a retocar al alza el contrato del delantero argentino. Esta es la cuarta vez en cuatro años consecutivos que Messi ve mejorado su compromiso con el club que le ha visto triunfar, pero con un agravante visto desde la perspectiva de la gestión financiera: en esta ocasión, el Barça no saca nada a cambio. Messi ganará más dinero, pero su contrato seguirá teniendo validez hasta el 30 de junio de 2014 y la misma cláusula de rescisión, 150 millones de euros.
El nuevo compromiso, ratificado en todos sus términos por Txiki Begiristain y el vicepresidente económico, Ferran Soriano, asegurará a Messi unos ingresos de ocho millones de euros, a los que podría llegar a sumar hasta 4,5 millones más, en base a unos incentivos. El Pulga cobrará un millón de euros extra si el Barça se clasifica para la próxima Champions League, otro millón si juega como mínimo el 60 por ciento de los partidos y 2,5 millones dependiendo de los títulos que consiga el equipo.
Historial. Desde su irrupción en el escenario del gran fútbol continental, durante la disputa del Mundial Sub-20 de Holanda, en 2005 -donde fue elegido mejor jugador del torneo y acabó siedo el máximo goleador-, el Barça ha ido detrás de Messi para evitar que escuchara otras ofertas.
Aquel mismo verano, a toda prisa, Begiristain viajó a Holanda para ofrecerle su primer contrato profesional, que ya le significaba unos ingresos en torno a los tres millones de euros anuales. Messi, por entonces, había jugado apenas siete partidos de Liga y uno de Champions League con el primer equipo.
La progresión del argentino ha sido tan grande y su proyección mediática mundial ha cobrado tal proporción (Leo vende desde relojes hasta bebidas refrescantes, pasando por billetes de avión), que cada año los gestores del Barça han debido superar su oferta anterior, para que el Pulga sólo quiera saltar y marcar goles en el Camp Nou.
