La Eurocopa no sólo dejó el gran triunfo de España y su estilo. También puso en el gran escaparate europeo a dieciséis jugadores emergentes, menores de 22 años, que representan el futuro y a la cabeza de ellos aparece Cesc Fábregas.

El catalán del Arsenal mostró detalles de gran calidad cuando Luis confió en él. Cabe destacar, entre otras cosas, su gran asistencia a Güiza en el segundo gol de la semifinal a Rusia.

El croata Luka Modric también demostró que la confianza puesta en él por el Tottenham (pagó 26 millones de euros por él hace dos meses) no era descabellada. Dirigió con acierto el juego de ataque de la selección de Bilic, donde desde el lateral derecho se acreditó Corluka y en el centro del campo también mostró buenas maneras Rakitic.

Otro joven que sale reforzado de la Eurocopa es Lukas Podolski, autor de tres goles y una de las referencias por la izquierda de Alemania.

También impresionó, sobre todo en el debut, el mediocentro portugués Moutinho por el criterio mostrado a la hora de mover el balón. Su compañero Nani tuvo menos oportunidades pero el futuro es suyo.

Rusia llegó a semifinales por Arshavin y Pavlyuchenko pero su portero Akinfeev (22 años) se mostró a un buen nivel. Suiza fue un flojo anfitrión pero tiene futuro, sobre todo encarnado en Barnetta, Djorou y en el delantero Derdiyok. En Austria se salvó de la quema el centrocampista diestro Harnik, que a sus 20 años ya juega en el Werder Bremen.

Turquía puso en el escaparate a Arda Turam, autor de dos goles y objetivo de importantes clubes europeos. Holanda podrá confiar en Afellay y el futuro de Francia pasará por Benzema y por Nasri, recién fichado por el Arsenal.