Alemania: ni buen fútbol ni su legendario sello ganador

eurocopa 2008 | alemania 0 - españa 1

Alemania: ni buen fútbol ni su legendario sello ganador

Alemania: ni buen fútbol ni su legendario sello ganador

Reuters

Alemania fue, como se podía esperar, inferior a España en lo futbolístico. Pero tampoco pudo imponer su mayor experiencia y su tradicional gen ganador. Empezaron mejor y demostrando más poso, pero cedieron después ante el toque del centro del campo español, con muchos problemas para sacar el balón jugado desde su paquidérmica defensa. En la segunda parte, por detrás en el marcador, buscaron el gol a base de necesidad, empuje y fuerza. Sobrevivieron a las ocasiones que creó España para sentenciar la final, pero no encontraron la forma de alcanzar el empate.

Lehmann: El veterano portero no se mostró tan inseguro como en anteriores partidos. No pudo hacer nada en el gol de Torres, que salvó con clase su salida, y demostró reflejos en la primera parte en un rechace de Metzelder que se colaba y, en la segunda, en una buena intervención ante el remate en plancha y a bocajarro de Ramos.

Friedrich: Intrascendente. Alemania apenas volcó el juego por su banda, al menos mientras buscó un sistema de ataque más organizado, antes de los últimos y más desordenados arreones. No cometió graves errores en defensa, pero su partido fue en líneas generales muy gris.

Mertesacker: No sólo sufrió cada vez que Torres le midió en velocidad sino que incluso tuvo más problemas de los previstos en el juego aéreo. Desde su 1'96 no pudo evitar el remate al poste de Torre en el ecuador de la primera parte. Tampoco mostró ninguna capacidad para sacar el balón jugado y se preocupó más de cubrir los espacios que dejaba Metzelder.

Metzelder: Más participativo pero no más acertado que Mertersacker. Estuvo a punto de marcar en su propia portería en la primera parte y durante todo el partido se mostró lento y con poca jerarquía. Falló junto a Lahm en la cobertura a Torres en el gol de España y quedó en evidencia cuando intentó llevar el balón en ataque ante los problemas en el centro del campo de su equipo. No sólo lo hizo con poco criterio sino que generó contragolpes de España en los que Torres pudo medir a Mertesacker.

Lahm: El héroe del partido ante Turquía no mejoró su irregular rendimiento de casi toda la Eurocopa. Apenas creó peligro por su banda a pesar de que fue la zona por la que trató de crear más juego su selección. En el descanso dejó su sitio a Jansen después de haber quedado retratado en el gol de Fernando Torres, donde no supo cerrar el balón y concedió una ventaja que el delantero español no desaprovechó.

Frings: El centrocampista del Werder Bremen perdió la batalla del centro del campo aunque comenzó el partido con bastante presencia. Apenas participó en ataque ni en la creación y su constante trabajo gris quedó oscurecido por la poca proyección ofensiva de su equipo. Ayudó a los centrales ante la llegada masiva de jugadores de segunda línea de España y salvó bajo palos un disparo de Iniesta que pudo significar el 2-0.

Schweinsteiger: Otra víctima del dominio del balón y del ritmo del partido de la medular española. Vigilado y poco asistido, no pudo aplicar su ritmo eléctrico en los últimos metros ni encontró la forma de llegar desde la segunda línea. Cayó a la banda izquierda, pero su participación se limitó prácticamente tan sólo a lanzar los centros en las jugadas a balón parado.

Ballack: No mostró demasiados síntomas de la lesión que amenazó con dejarle fuera de la final, pero tampoco tuvo su día. Ahogado en la medular, apenas asomó en ataque y no exhibió ni su remate de cabeza ni su poderoso disparo. Trató de capitalizar el juego y, cuando su equipo comenzó a sentirse inferior, se dedicó a cortar el juego con faltas y a aprovechar su jerarquía para tratar de intimidar al árbitro. La tarjeta que recibió en el minuto 42 fue la muestra de la impotencia que sintió en el campo ante la calidad de Xavi, Cesc e Iniesta.

Hitzlsperger: El centrocampista del Stuttgart jugó 57 minutos en los que pasó desapercibido y no dejó ninguno de los detalles que le convierten en un jugador importante para Löw actuando por detrás de la línea de delanteros. Apenas ensayó su peligroso disparo una vez, y sin peligro, en el primer tramo del partido. Dejó su sitio a Kuranyi.

Podolski: No apareció y no tuvo ninguna oportunidad de disputar al ausente Villa el título de máximo goleador de la Eurocopa. De entrada trató de generar peligro cayendo a la izquierda y buscando la espalda de Ramos pero, claramente de más a menos, apenas apareció en el segundo tiempo.

Klose: Tuvo la primera ocasión del partido tras un despiste de Sergio Ramos, pero después, como rematador, sufrió la falta de balones y de producción de juego de su equipo. Trabajó mucho, sin suerte, intentando recibir el balón de espaldas a la espera de la llegada desde segunda línea de sus compañeros. Fundido, dejó su lugar en el minuto 77 a Mario Gómez.

Jansen: Entró en el descanso por Lahm en un intento de Löw de aprovechar su perfil de lateral ofensivo. Entró en juego pero no produjo peligro a pesar de que terminó olvidando sus tareas defensivas en busca de una acción que propiciara el empate. Pero ésta nunca llegó.

Kuranyi: Entró en el minuto 57 por Hitzlsperger y Alemania trató de jugar con un 4-4-2 más puro. Buscó el remate fortuna en los centros al área y dejó más muestras de malos modos que de calidad futbolística en la recta final.

Mario Gómez: Jugó el último cuarto de hora pero pasó totalmente inédito. Sustituyó a Klose pero vivió los minutos en los que Alemania empezó a rendirse, incapaz de encontrar la forma de hacer daño y arrinconar a España.