Todas las grandes batallas de la historia han estado acompañadas de un cántico de guerra con el que los luchadores se lanzaban sobre el albero de un exaltado circo romano o como en los enfrentamientos de los indios contra el ejército de Estados Unidos. Pues bien, el 20 de mayo de 1998 pasará a la historia como el día en que el Real Madrid pisó el césped del Amsterdam Arena para volver a colonizar Europa tras 32 años de letargo en el viejo continente. Aquel día, la primera de las guerras se libró en las gradas. Premonición o casualidad, Los del Río llevaron la magia a la noche con los compases de su internacional 'Macarena' en el estadio holandés.
La emoción y la alegría invadieron las gargantas de los hinchas para orgullo del folclore nacional de Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz: "Guardo un recuerdo glorioso de esa noche porque el Real Madrid tenía la opción de ganar la séptima Copa de Europa y nos hizo mucha ilusión que se fijaran en nosotros para estar allí. Fue la satisfacción más grande del mundo", cuenta Rafael.
En el gran estadio del Ajax, la música no comenzó con el pitido inicial del árbitro. Con la entrada de los cantantes sevillanos empezaron a resonar los tambores de guerra. Y si el bello arte de la música es un fenómeno que une a la gente, aquel memorable día los italianos dejaron de lado la canción de su compatriota Paolo Belli para enfundarse bajo el sonido del 'Macarena' como himno internacional. Y es que Antonio y Rafael coinciden en que su cántico dio el empujón hacia la victoria merengue: "Yo creo que, por eso, ganaron. Mientras que la canción de Belli no la conocía nadie, los italianos y los españoles comenzaron a cantar el 'Macarena' y con eso, ya le dimos el 1-0 para empezar al equipo", confirmaron ambos.
Si Los del Río conquistaron el mundo con su música, aquella noche fue el Real Madrid el que conquistó Europa con un gol de Mijatovic a la Juventus en la segunda parte: "Tuvimos la suerte de cenar al lado de Suker y Mijatovic. Más de una vez se cantó la canción. Además, Suker dijo que la culpa del éxito había sido de nosotros y de Mijatovic, señalándolo".
Agradecido. Era imposible soslayar la alegría del que trajo la Copa a las vitrinas del feudo blanco tras años en el dique seco. Lorenzo Sanz se lo debía a sus predecesores y cumplió con las expectativas. "Él estaba muy contento y nos dijo que habíamos ganado nosotros. Luego, cantamos en el Bernabéu y Sanz fue el primero que se puso a bailar el 'Macarena'", comentó Rafael.
Por esta razón, Antonio y su compañero no dudan en la suerte que llevaron a los merengues. Quiénes mejor que ellos para demostrar que los sueños se pueden hacer realidad: "El Real Madrid tendrá que pensarse más veces llevarnos con ellos porque le servimos de talismán. Fuimos su amuleto aquella gloriosa noche. Todo el estadio cantaba al unísono nuestra canción y eso le complicó las cosas a los italianos".
