Unas veces los partidos se deciden por acciones puntuales, otras por la diferencia de calidad y, en la mayoría, por los errores del derrotado y el acierto del vencedor. Pero en muy pocas ocasiones un resultado depende de todas estas variables a la vez. Salvo ayer.
Y es que, a pesar del 0-3 final, el Racing pudo haber cambiado el signo de esta final si Duscher no hubiera marrado un penalti al principio o incluso, si una vez repuesto del palo, Tchité hubiera sido más certero. Los de Marcelino desperdiciaron su salida en tromba, perdieron muchas de sus fuerzas en ella y dieron paso a una exhibición del Sevilla de toque y pegada. Un repaso con el que mostró sus señas de identidad de antaño. El arrebato andaluz ha vuelto.
Fazio tuvo mucha culpa en esta superioridad hispalense. El otrora central se disfrazó de centrocampista para adueñarse de su nueva parcela. Neutralizó a Colsa, robó, creó, nutrió de balones a Kanouté y Luis Fabiano y, para rematar su faena, hizo dos goles de su equipo. Uno para romper el partido y el otro para sentenciarlo. Brutal. En el primero, a la media hora, ganó de cabeza a Navas (1,96 metros) en un córner. En el segundo, en el 64', remató a media vuelta tras un mal despeje local. Y, además de la puntilla de Renato (91'), pudieron caer más, pues Kanouté estrelló un balón en el larguero y Ayoze sacó dos balones bajo palos.
Paralelismos.
Marcelino y Jiménez sorprendieron con sus planteamientos. El asturiano había asegurado en la previa que las rotaciones se abolieron porque esto era una final en la que debían estar los mejores. Pero Munitis, que lo es, fue suplente. Y se notó. Por su parte, el técnico sevillano se olvidó de las bandas. Prescindió de Navas y Capel para fortalecer el centro y la estrategia le sonrió. Dos formas éstas de utilizar la pizarra que tuvieron desigual éxito: el Racing se despide de la Champions y se aferra a la UEFA, y el Sevilla iguala al cuarto. Y todo porque tiene un gran fondo de armario en el que no se distingue la ropa diaria de la de etiqueta, mientras que el modesto baúl del Racing ya no puede dar más tras haber ofrecido un rendimiento espectacular.
Jiménez: "Ahora, que el Atlético pinche"
"Hemos ganado a un magnífico equipo en un partido muy importante para nosotros para luchar por la Champions. Ahora no dependemos de nosotros mismos y una ayuda del Espanyol ante el Atlético nos vendría muy bien. Estaremos muy atentos a este encuentro. Ya hay que pensar en el partido ante el Betis del domingo. Aunque ellos no se juegan mucho no nos van a regalar nada por la rivalidad. La historia está ahí. Intentaremos hacer nuestro partido".
Marcelino: "Si tenemos miedo, vámonos"
"Si tenemos miedo ahora nos vamos para casa. Con tres puntos de ventaja para jugar la UEFA qué dirían los que están abajo. Es difícil explicar el resultado salvo que lo hagas con el acierto. Cuando juegas con grandes equipos tienes que acertar tú y que ellos fallen. Nuestro objetivo se cumplió hace tiempo y ahora tenemos otra ilusión que es jugar la UEFA. Nos queda poco para terminar y ahora hay que mirar al futuro con mucho optimismo".
