A pesar de ser día festivo, la cúpula directiva del Madrid se despertó ayer con una sonrisa tras contemplar la portada de AS. Cristiano Ronaldo: "Decidiré mi futuro tras la final de Moscú". Lo que gustó no sólo fue su guiño hacia un futuro profesional que pudiera estar alejado del Manchester, sino que lo hiciera a las pocas horas de disfrutar de la alegría de haberse metido en la final de la Champions.

Un alto ejecutivo del club se lo explicó sin titubeos a AS: "Hoy día son los jugadores los que deciden cuándo se van de un equipo. El chaval ha demostrado una personalidad fuerte al decir esto cuando todo está a favor de los intereses del Manchester. Él sabe que el Madrid estaría encantado de ficharlo, pero no podemos hacer nada si él no da un puñetazo en la mesa. Esta declaración nos da esperanza".

En el aire.

El Madrid valora como merece el hecho de que Cristiano Ronaldo no haya firmado todavía la tentadora oferta que Alex Ferguson le ha puesto sobre la mesa: un contrato blindado de 127 millones de euros. El portugués dejó otra perla que ha animado aún más a los dirigentes blancos: "Hasta después de la final del día 21 pretendo mantenerme al margen y guardar silencio". Por algo será.

Otros casos

Zidane se fue del Calcio

Zidane estaba harto del Calcio tras cuatro años de cierta angustia (sin ganar la Copa de Europa) y encontró en la oferta de Florentino la salida perfecta. El entonces presidente le trasladó la propuesta, escrita en una servilleta, durante una cena de gala de la UEFA en Mónaco.

Beckham y Ferguson

Beckham también encontró la excusa perfecta para abandonar el Manchester en la mala relación que tenía con Ferguson, que llegó a dar una patada a una bota en el vestuario rompiéndole la ceja al crack. Ferguson no soportaba que Becks hiciera tanto caso a Victoria en lo referente a su márketing. El astro decidió plantear su marcha. También dio el primer paso.

Ronaldo contra Cúper

La mano dura de Héctor Cúper hizo que Ronaldo perdiera los nervios. Sus métodos de entrenamiento no le parecían los más idóneos para sus maltrechas rodillas. Por eso, cuando el Madrid se cruzó en su camino, no dudó en declararse en rebeldía para forzar el traspaso.