El gancho del Getafe ante la rabia del Valencia

Copa del Rey | Valencia - Getafe

El gancho del Getafe ante la rabia del Valencia

El gancho del Getafe ante la rabia del Valencia

pepe andrés

Duelo de esquemas y filosofías. Balón o contragolpe. Todo o nada

Vencer, vencer, vencer. O ser abono de margaritas. El recuerdo o el olvido, si lo prefieren. Eso se dirime aquí. Porque la memoria es flaca y porque nos gusta creer que siempre existirá un papel o una foto o un pedazo de latón que sobrevivirá en el planeta de los simios y donde alguien podrá leer, si quiere y si alcanza la playa, que la Copa de 2008 de algo llamado fútbol la ganó, precisamente, el equipo que hay escrito sobre la línea de puntos.

Perdurar. Que te graben el nombre. En eso consiste todo. Árboles, libros, hijos o Copas. Firmar. Quedar. Nadie lo admite, pero sabemos que sin un título que las pruebe las hazañas del Getafe se perderán como lágrimas en la lluvia, igual que los recuerdos del replicante de Blade Runner, aquel Nexus 6. Sin un título, sin este título, el sufrimiento del Valencia y su afición, los desvelos de un año entero, no habrán servido para nada. Eso hay en juego: tener arrugas o cicatrices.

El Valencia, con excepción de Koeman, que es una isla de adoquines, ha decidido huir del favoritismo que le correspondería por su palmarés (seis Copas) y hasta por su historia contemporánea: novena gran final en nueve años, dos Ligas en el siglo XXI, una UEFA, mil batallas. Eso quieren disimular los jugadores.

Podría pensarse que, superiores en experiencia, los futbolistas dudan de sus posibilidades, pero no lo creo. Pienso, más bien, que evitan proclamarse como el enemigo público de quien despierta tanta admiración popular, del héroe del momento.

No nos engañemos. El valencianismo siente que esta vez los neutrales no son suyos, pero advierto que la soledad que eso podría provocar se transformará, muy seguramente, en un colosal desafío de nosotros contra el mundo. Y no hay estímulo que eleve más que saberse en minoría gloriosa, no hay mejor caldo de cultivo para los héroes.

El Valencia le ha arrebatado eso al Getafe, el heroísmo que se reserva a la víctima, pero le ha concedido lo demás. El Getafe es la bandera del pueblo, el 2 de mayo, un mártir romántico, una revolución proletaria. Y además, juega bien. Ahora habrá que ver cómo sobrelleva ese peso, la inmensa responsabilidad de estrenarse.

Una vez fijado el ambiente, hay que descifrar el estado anímico. Quién está mejor o, más exactamente, quién está peor. Para muchos, la eliminación ante al Bayern ha espoleado al Getafe, porque le ha rodeado de admiración. Sin embargo, ignoro si nuestro consuelo sirve para inspirar el espíritu de los futbolistas y para aligerar sus piernas. El Valencia, por su parte, continúa su caída en la Liga, lenta pero constante, a cinco puntos del descenso. Su último partido (Racing, 1-2) fue una derrota y hay quien afirma que los jugadores hace tiempo que sólo conservan un pensamiento positivo: la Copa.

Enfoque. El dinero nos ofrece otra perspectiva. A pesar de la eclosión del Getafe, las casas de apuestas conceden al Valencia un favoritismo decimal, quizá basado en su trayectoria (Barcelona, Atlético, Betis). Su victoria se paga a 2,40 euros, mientras que la del Getafe (Racing, Mallorca, Levante) se premia a 2,65.

Hay otro duelo. A Koeman (21-3-63) y Laudrup (15-6-64) les separan 15 meses, pero parecen 15 años. Fueron compañeros y amigos, pero no se les ha pegado nada. Sus estilos definen equipos opuestos, aunque la suerte de Koeman es que el talento de sus jugadores es mayor que el suyo.

Si el Valencia se agazapa y lanza el contragolpe (Mata, Joaquín, Silva, Villa), Ustari sufrirá más de lo normal. Si el Getafe gana la pelea del mediocampo, habrá conquistado la mitad del título.

Será apasionante, porque seas de donde seas, esta noche eres de alguien. Hay que elegir. Espera el título. O ser abono de margaritas.