El Manchester United se dispone a darle jaque mate al Roma en Old Trafford. El 0-2 del Olímpico pesa como una losa para los italianos, tanto que su entrenador, Luciano Spalletti, ha dejado en casa a Totti. Es un mensaje inequívoco: no tiene esperanza alguna de superar la eliminatoria. No cree en los milagros.

Spalletti asegura que tratarán de dar la sorpresa. Pero nadie se lo cree. El próximo fin de semana reciben en Roma al Inter, el líder de la Serie A que les aventaja en cuatro puntos, y ahí hay que buscar la verdadera razón de la ausencia de Totti en el partido de esta noche. Diga lo que diga, venda lo que venda, lo que Spalletti tiene en la cabeza es el Inter, porque al United ya le tiene por semifinalista de la Copa de Europa.

Centenario.

Pero el Manchester, sus jugadores, no quieren desaprovechar el magnífico escaparate que ofrece la Champions para mostrarse al mundo. Es el caso de Cristiano Ronaldo, en campaña pro Balón de Oro. El portugués sabe que si gana la Champions tendrá medio trofeo en el bolsillo. El otro medio se lo tendrá que trabajar en la Eurocopa.

Otro futbolista que hoy se hará notar quiera o no quiera (generalmente le gusta pasar lo más inadvertido posible pese a que nos tiene acostumbrados a grandes tardes de fútbol) es Paul Scholes. Hoy alcanzará su partido número 100 en la Champions. Será el primer jugador del Manchester United en conseguirlo, con lo que eso supone en un país y en un club que respetan profundamente las tradiciones. Scholes, que jamás ha vestido otra camiseta que no sea la roja del United, merece un aplauso. Sus compañeros ya han pedido una ovación de gala para él.