Toño desató la batalla

Primera | Getafe 2 - Racing 1

Toño desató la batalla

Toño desató la batalla

Se desquició tras el 2-1 y el Getafe sigue imparable

A Toño se le cruzó un cable, se le fue la cabeza en un minuto de locura y sin que hubiera tiempo a que alguien llegara rápido para colocarle una camisa de fuerza. Tras encajar el 2-1 de Gavilán, el portero le arreó un patadón y tente tieso al zurdito, notó el leve empujón de Braulio (que pasaba por allí, el tipo que llevaba la camisa) y le atizó también un puñetazo y se armó la gresca con Iturralde en medio, un incendio. O un día de furia, lo más aproximado a esa película en la que los cortocircuitos de Michael Douglas saltan hechos añicos en un atasco en Los Ángeles y arma la marimorena disparando por la ciudad como un mono con pistolas. Hubo roja a Toño, que se perderá una semifinal de Copa que si estaba caliente ahora va a llegar en medio de la erupción de un volcán, y una segunda amarilla y roja para Braulio (el enfermero, el pobre). Todo acabó como el rosario de la aurora, diez contra diez y el descubrimiento de un 'portero', el chaval Marcano, un central que se tuvo que poner los guantes porque Marcelino había hecho los tres cambios y que realizó dos paradas soberbias nada menos que al pistolero Uche.

Marcelino rotó más.

¡Qué final de partido, qué semifinal de Copa la que se nos viene encima! Haya pasión, pero haya paz, la misma con la que los dos equipos se tomaron el primer tiempo. Se alarmó Laudrup viendo el sábado-noche que el Depor le había ganado al Madrid y que se ponía a dos puntos y que el Recre hundía al Murcia pero se colocaba a cuatro. Aún quedaba un buen colchón y más dormidos por ahí abajo, pero el danés ya había protegido a Belenguer, Granero, Contra y Pablito, decidió no arriesgar más con una defensa de ensayo y optó por mantener a Licht y otra vez a De la Red como pareja de Tena. Marcelino sí tiró por la calle de en medio, dejó en el banco a seis titulares y sacó un Racing B. Pero la mano de un entrenador se nota justo en eso, en que a un equipo se le ve armado y con estilo más allá de que se retrate con su once titular o juegue con suplentes, chavales o medio pensionistas. Y esto vale para el hombre milagro del Racing y para el danés del Geta.

Anuló Iturralde un gol a Smolarek que pareció legal, pero poco más en un primer tiempo equilibrado y de fútbol escaso. Lo del segundo ya fue otra cosa, de vértigo, el que le dio la salida del rápido y hábil Pablito, el testarazo del polaco que sorprendió a la defensa azulona y al Pato y la aparición de Uche, el nigeriano que salió al rescate y que empató el partido. Y luego el 2-1 de Gavilán, ese minuto 76, ese cruce de cables de un magnífico meta como Toño, ese Iturralde en su salsa repartiendo tarjetas y ese central-porterazo, el chaval Marcano. Que nadie se pierda la batalla final de Miércoles Santo en Cantabria...