Villar se enfundó la camiseta del Madrid
Se la dio Calderón en una cena por el 60 cumpleaños de Cerezo


En esta ocasión, la realidad supera a la ficción. La inaudita imagen, de esto se hablará durante días, semanas y meses, aconteció a la hora bruja. A las 00:12 de la madrugada del martes, uno de los salones del Asador Donostiarra acogió una escena que si se planificase a propósito por un tipo osado le habrían tachado de loco o iluminado. En el centro de la foto, Ramón Calderón, con camisa azul, remangada, y una sonrisa que delataba su satisfacción por vivir un momento tan histórico. A su izquierda, Ángel Villar, Presidente de la Federación Española, posando radiante y orgulloso con una camiseta del Real Madrid, con su nombre y el número 8 a la espalda, el mismo que lucía en el Athletic de Bilbao y en la Selección. Han leído bien, la camiseta del Madrid puesta sobre su corbata del traje con el que llegó al restaurante madrileño.
A la derecha de Calderón, su amigo y colega de palco, Enrique Cerezo. Su cumpleaños tuvo como regalo una camiseta del Madrid con su nombre grabado en la blanca tela de la elástica y el número 1. ¡El presidente del Atleti posando con una zamarra blanca! Eso sí, Cerezo se negó a ponérsela, a diferencia de la magnífica predisposición que tuvo el presidente de la FEF para lucir su inesperado regalo.
Todo fue en el curso de la cena que mensualmente organiza la Peña Asador, que fue fundada hace tres años por los periodistas Carlos García Hirschfeld y Gaspar Rosety con el fin de reunir a los tertulianos que compartían cartel en las tertulias de 'Fútbol es Fútbol' de Telemadrid. Entre los fijos de estas cenas están Ramón Calderón y Enrique Cerezo, lo que facilitó que Ángel María Villar acudiera a la cita relajado y sin cautelas de ningún tipo.
Regalo sorpresa. Una vez contextualizada la histórica escena, pasemos a relatar los hechos. Dado que era el 60 cumpleaños de Enrique Cerezo (como nació un 27 de febrero su aniversario era a partir de las 12 de la noche), los miembros de la peña le prepararon una sorpresa con una tarta con el escudo del Atlético de Madrid... ¡Y un segundo regalo que no imaginaba!
Calderón, que tiene una gran amistad con Cerezo, le entregó una camiseta blanca-blanquísima del Real Madrid serigrafiada con su nombre y el dorsal 1. El mandatario atlético, siempre con sentido del humor, no puso pega alguna a posar con ella en plan torero (sujetándola como si fuese un capote) y uniéndose festivo para dar pie a la inaudita instantánea junto al mandamás blanco. ¡El golpe del 27-F!
Pero lo mejor llegó con Ángel María Villar, que era el invitado estelar de esta cena de la peña en su edición del mes de febrero. Cuando Calderón le dio la camiseta del Madrid con su nombre, la veintena de comensales comenzó a cantar "Que se la ponga, que se la ponga, se la ponga ya...", y Villar reaccionó con la rapidez de Raúl en el área. Sonrió complicemente y sin titubeos y con energía se la enfundó para alborozo de todos mis compañeros (uno forma parte de la peña y nunca me perdonaré que la fiebre me alejase de la cita). Una vez puesta, Villar sorprendió a los alucinados testigos con una declaración que no sonó a excusa: "A mí una vez me quiso fichar el Madrid...".
Calderón, al quite y entusiasmado con la situación, reforzó su confesión: "Pues Ángel, hoy tienes aquí por fin la foto con la que tanto habías soñado durante años".
Expectación. Dado que la histórica cena se produjo en uno de los salones del Donostiarra con acceso visual a otras mesas del restaurante, hubo comensales que aprovecharon para hacer fotos con sus móviles, poder demostrar que ellos lo vieron y que no era producto de una ingesta excesiva de alcohol. "Mira, pero si es Villar con la camiseta del Madrid puesta. ¡Increíble!", comentaba un joven matrimonio llegado desde Murcia con la ilusión de ver en el Donostiarra algún jugador del Madrid para pedirle un autógrafo...
Los colegas insistieron con Cerezo por si colaba, pero como buen empresario con tablas supo esquivar las tentaciones a pesar de las bromas de Calderón y compañía: "Enrique, si el blanco te sienta mucho mejor. El Bernabéu es tu casa, amigo...".
Para evitar suspicacias (aunque no era consciente del lógico revuelo que tendría la publicación de la fotografía), Villar dejó claro que había dado luz verde a enfundarse la camiseta blanca "igual que me pondría la del Barça si en una peña similar de Barcelona me la regalasen o del Atleti si fuera igual. Los regalos hay que saber agradecerlos".
Cerezo se explicó ayer en términos similares en declaraciones a la SER: "Era mi cumpleaños y me pareció un bonito detalle por parte de unos amigos con los que nos reunimos casi todos los meses. Nos pilló por sorpresa a mí y a Villar, pero creo que fue hecho con todo cariño y no hay que buscarle más vueltas. Sólo fue una simpática anécdota".
Después llegó la hora del brindis, pero sólo se pudo hacer una exaltación de la amistad porque a la hora de la verdad cada uno defendía a su equipo. Cerezo imploró por un triunfo de su Atleti sobre el Barça, Calderón por una victoria en Huelva y ante el Roma, y Villar satisfecho si el Athletic se queda otro año más en Primera y si España gana la Eurocopa. Uno puede cambiar todo en su vida, menos de equipo...