El 'dueño' de la frase vive en Lanzarote y fue carpintero

El 'dueño' de la frase vive en Lanzarote y fue carpintero

Santiago Medina nació en 1937 en El Berrugo, antigua denominación de Playa Blanca, rincón privilegiado al sur de Lanzarote. Es el menor de diez hermanos de una familia que dedicó todos sus esfuerzos a la ganadería y a la pesca. "Aquí pasamos hambre y miseria en los años de mi niñez. No había nada. Sólo mar y picón (lava enfriada y sedimentada que cubre toda la geografía isleña)", expone Medina señalando un paraje ahora poblado por centros comerciales, hoteles de cinco estrellas y un muelle marino a la altura de las vanguardias náuticas.

Ejerció de carpintero hasta su jubilación y se define como una persona "sencilla y amante e involucrada con la tierra". Su gran aspiración a estas alturas de la película es morir en el lugar donde ha transcurrido toda su experiencia vital, esto es, en la pequeña casita que hoy permanece en pie en medio de construcciones majestuosas.

Reside en Arrecife, cuarenta kilómetros al norte, pero no perdona los fines de semana. Todos los viernes va en peregrinación a la choza en la que, décadas atrás, se crió con la única compañía de su gente y la del mar. "Aquí también se educaron mis hijos y nietos. Es un lugar que llevo en el corazón y del que no me quiero separar nunca. El Berrugo es mi vida", proclama emocionado. ­