Indulta el Barça, castiga el Athletic

Primera | Athletic 1 - Barcelona 1

Indulta el Barça, castiga el Athletic

Indulta el Barça, castiga el Athletic

Reuters

El equipo de Rijkaard se deja dos valiosos puntos en San Mamés ante un aguerrido Athletic que castigó la especulación azulgrana.

El Barça pagó muy caro el constante ejercicio de equilibrista que ejerce desde hace ya algún tiempo. Ausente Ronaldinho, titubeante Henry, renqueante Messi y con Eto'o en plena expedición africana, la versión más obrera del equipo azulgrana no pudo superar en esta ocasión a un aguerrido Athletic, escaso de argumentos, pero con una fe ciega en la remontada hasta el último hálito del encuentro. Acostumbrados a flirtear con el peligro, inmersos en el delicado juego de la cara o la cruz, los pupilos de Rijkaard perdieron esta vez la apuesta tras indultar a su rival. Perdonó el Barça, experimento fallido. Castigó el Athletic.

Rugía la Catedral al inicio. Los aficionados del Athletic, conocedores de la precariedad ofensiva de su equipo, jaleaban a los suyos para compensar el mayor dominio territorial del Barcelona. Un rival que de salida apostó por tres creadores, Xavi, Deco e Iniesta y prescindió de Abidal y Giovani. Pero sobre todo, el regreso de Messi al once y la reubicación de Bojan como ariete imprimieron un sello distinto al equipo de Rijkaard, que últimamente se prodigaba más por sus virtudes defensivas que por su faceta natural, el ataque.

Conforme avanzaban los minutos, la bravura y el empuje del Athletic se perdía en un juego deslavazado, de escasos mimbres y que chocaba constantemente contra el minucioso entramado azulgrana. Tan sólo Yeste, un fino solista camuflado entre diez guerreros, sembró algunas dudas en la zaga rival cuando se movía entre líneas. Amarrado el medio vizcaíno, los hombres de Caparrós cedieron definitivamente el testigo del encuentro al Barcelona y apostaron por el juego duro.

Messi amenaza

Una vertiente que padeció Leo Messi. Los defensores rojiblancos castigaron una y otra vez las cabaladas y el tobillo izquierdo del argentino, que sin la chispa de antaño, imprimió un ritmo eléctrico a la vanguardia azulgrana. Alcanzado el cuarto de hora, la Pulga ofreció una bella diagonal, se deshizo de dos perseguidores y lanzó un fuerte disparo que detuvo en dos tiempos Aranzubía. Un aviso que corroboraba el buen hacer del Barcelona, abonado al catenaccio, que ganó progresivamente metros a su oponente a la espera de asestarle una dentellada.

Con el paso de los minutos, el choque perdió gas, pero ganó enteros. El Athletic, excesivamente especulativo, respondió al intimidador dominio de su contrincante con una acción de brega desperdiciada por Adúriz. Los vizcaínos aparcaron su despliegue físico en busca de más orden, algo que no perdonó un equipo de supuesto oficio como es hoy por hoy el Barça. En ese breve proceso de transición, en ese efímero enroque de piezas, Bojan recogió una excelente dejada de Deco en el vértice al área y situó el esférico, a pierna cambiada, con la zurda, muy lejos del alcance de Aranzubía. Un gol que certifica la talla de este futbolista, del discípulo que en la Catedral exhibió, con 17 añitos, un manual propio de maestro.

Indulto...y castigo

La segunda mitad transcurrió bajo los mismos compases, pero a diferencia de los últimos precedentes, los hombres de Rijkaard buscaron la sentencia con más decisión. En apenas un par de minutos, Henry y Deco gozaron de dos espléndidas ocasiones para sellar el triunfo. Pudo lograrlo el francés, muy intermitente, en un remate que acarició el poste izquierdo, y acto seguido, Messi tiró de repertorio para servir al luso, que lanzó el esférico al graderío.

El Athetic, bravucón, aguerrido, aferrado a su esencia luchadora, centró su punto de mira en la portería de Víctor Valdés. El guardameta intervino con mucho acierto a un tiro de Javi Martínez, pero no pudo hacer nada ante un fallido despeje de Thuram, acosado por Llorente, que llevó el delirio a la Catedral. El empate dio alas al Athletic. Aturdido, inmerso en un juego ajeno, el Barcelona apenas pudo reaccionar y quedó a merced del equipo de Caparrós. No acertaron los bilbaínos a rematar la faena. Tampoco el equipo azulgrana, que se dejó dos valiosos puntos en el campo vasco. Y gracias.