Que Santi Ezquerro es objetivo del Athletic parece algo indiscutible. Las reiteradas manifestaciones que en este sentido han salido en los últimos días de boca de su vicepresidente primero, Joseba Inchaurraga, son incontestables. El directivo habla de aparcar los malentendidos que pudo haber en el intento por fichar al delantero del Barcelona en verano y asegura además que tiene "abiertas las puertas del Athletic".
Se supone que este posicionamiento cuenta con el beneplácito de Joaquín Caparrós, cuyo interés por contar con Ezquerro en su plantilla era cierto en pretemporada. Sin embargo, a día de ayer todavía nadie se había dirigido al interesado. Ezquerro no tiene conocimiento alguno de las intenciones del Athletic. Nadie desde Ibaigane se ha puesto en contacto con él. Al delantero sí que le han llegado las declaraciones realizadas por Inchaurraga a diversos medios de comunicación, pero hasta ahí.
La errática trayectoria del equipo ayuda a comprender la iniciativa rojiblanca. En la Liga, ocupa la decimoquinta posición con los mismos puntos que el Murcia, que se halla en plaza de descenso, mientras que en la Copa, su continuidad está muy comprometida después del 2-0 registrado el pasado jueves en El Sardinero.
Las limitaciones ofensivas de los rojiblancos no son ningún secreto. Las estadísticas le señalan como uno de los peores conjuntos en el apartado rematador, tal y como se explica en la página de al lado.
Caparrós hubiese recibido con los brazos abiertos a Ezquerro en septiembre, de hecho se le reservó una ficha hasta pocas horas antes de que venciese el plazo de inscripción. Sin embargo, la operación fracasó, lo cual dio pie a que saliese a la palestra el malestar del futbolista, cuya predisposición a vivir una segunda etapa en San Mamés recogió en exclusiva este diario.
Hubo maniobras extrañas a última hora. El Barcelona había pedido una cantidad (tres millones de euros) a modo de compensación, dado que Ezquerro tiene contrato vigente hasta el próximo 30 de junio, y desde Ibaigane se impidió que el jugador limase dicho obstáculo, para lo que se había ofrecido reiteradamente.
Por contra, la directiva promovió la intervención del agente Gorka Arrinda, cuestión que luego Fernando García Macua achacó al propio futbolista, quien lo negó en redondo. Ezquerro no tiene representante y es su hermano Julio quien vela por sus intereses.
Aquello acabó mal, con dos versiones contrapuestas y un enfrentamiento personal entre el futbolista y el presidente del Athletic en el mismo Camp Nou. Caparrós y luego Inchaurraga han tratado de quitar hierro al conflicto, pero el posible fichaje de Ezquerro se mantiene en el alero porque, aparte de lo manifestado por el vicepresidente, no hay nada tangible. Puede que sea imposible.
