El Mallorca se escapa vivo

Copa del Rey | Cuartos - Ida | Getafe 1 - Mallorca 0

El Mallorca se escapa vivo

El Mallorca se escapa vivo

Reuters

El Getafe mereció lograr una ventaja más amplia para el partido de vuelta en el ONO Estadi. Los de Laudrup dominaron el encuentro de principio a fin ante un Mallorca que estuvo desaparecido durante los noventa minutos. De la Red anotó el tanto local.

La complicada situación de Getafe y Mallorca en Liga, situados en la zona media de la tabla, pero a dos y un punto del descenso respectivamente, presentaba los cuartos de final de la Copa como una oportunidad inmejorable de reivindicarse para ambos conjuntos. Manzano repitió la estrategia del partido de Copa en el Bernabéu y se guardó de inicio dos ases bajo la manga. El ex getafense Güiza y el argentino Ibagaza comenzaron el partido desde el banquillo como recambios de lujo en caso de emergencia. Por su parte, Laudrup también echó mano de las rotaciones, con el objetivo de dar descanso a los suyos, presentes aún en tres competiciones.

Tras unos primeros minutos de partido en los que el frio ambiente que presentaban las gradas del Coliseum se apoderó del juego de los dos equipos, fue el conjunto local el que se hizo con el control del balón y comenzó a llegar con cierto peligro a las inmediaciones del área de Lux. Mientras tanto, el Mallorca se limitó a intentar contener con apuros las constantes embestidas del equipo azulón.

Al borde de la media hora llegó la mejor ocasión de peligro del Getafe en la primera mitad. Albín puso en juego el segundo saque de esquina del partido para que Granero desaprovechara la oportunidad con un remate desviado desde dentro del área. El dominio por parte del equipo madrileño era abrumador. Las ganas y la actitud de los hombres de Laudrup eclipsaron totalmente a su rival, que renunció definitivamente al ataque.

Los locales se imponen a los puntos

Las internadas de Albín, la velocidad de Braulio y el buen hacer de Granero y Casquero en el centro del campo, servían al Getafe para imponerse a los puntos al Mallorca. Pero en el fútbol no se gana con dominio, buen juego y oportunidades, se gana con goles, y el marcador seguía reflejando un empate a cero más que inquietante, teniendo en cuenta las armas que Manzano guardaba en el banquillo.

Albín protagonizó la última jugada de peligro de la primera parte con un disparo desde la frontal que se marchó junto al palo izquierdo de Lux cuando la afición local ya cantaba el gol. Con la llegada del descanso, los madrileños se retiraban a los vestuarios contrariados al ver como su absoluto dominio no se traducía en goles. Para los visitantes lo mejor era, sin duda alguna, el resultado.

En el inicio del segundo acto, Laudrup dio entrada a Pablo Hernández en sustitución de Granero. Pero lo sorprendente estaba en el bando contrario. Manzano no creyó oportuno utilizar ni a Güiza ni a Ibagaza. El peligro del Mallorca seguía estando en el banquillo.

El Getafe obtiene su premio

La tónica en el comienzo de la segunda mitad era calcada a la de la primera: el Getafe desbocado al ataque y el Mallorca viéndolas venir. Y como el fútbol, en algunas ocasiones, es justo, llegó el premio para el Getafe. Un remate de Albín al saque de una falta fue desviado por De la Red dejando a Lux sin ninguna posibilidad de alcanzar el balón. El tanto getafense provocó un efecto resorte en el banquillo mallorquín. Los cambios eran obligados. Gregorio Manzano introdujo de inmediato en el campo a sus dos principales baluartes en el ataque. Ibagaza y Güiza eran los encargados de arreglar el roto provocado por De la Red.

Con el gol del Getafe y las sustituciones en el Mallorca el partido se fue equilibrando a medida que pasaban los minutos. La relajación local con el marcador a favor y el equilibrio del que Ibagaza dotó al centro del campo visitante provocó que el partido perdiera intensidad. Pero el Getafe no se conformaba con la ventaja mínima y se lanzó de nuevo descaradamente al ataque en busca de un segundo tanto que le diese la tranquilidad necesaria para frontar el partido de vuelta.

Mediada la segunda mitad los de Laudrup protagonizaron un nuevo carrusel de oportunidades de gol. En la más destacable de ellas Braulio remató por encima del larguero un centro de Gavilán cuando Belenguer, mejor posicionado, se disponía a hacer el segundo.

En el tramo final del partido el Mallorca dio sus primeras señales de vida en todo el partido. Dos ocasiones consecutivas, la primera de Güiza y la segunda de Pereyra, fueron los dos únicos acercamientos con peligro de un desdibujado Mallorca.

El Getafe mereció mucho más y obtuvo poco botín para el partido de vuelta en el Ono Estadi. Para el Mallorca lo mejor del partido fue sin duda el resultado, ya que corrió el serio peligro de decir adiós a la Copa en el Coliseum.