"Triunfar en el Athletic es algo incomparable"

Fernando Llorente

"Triunfar en el Athletic es algo incomparable"

"Triunfar en el Athletic es algo incomparable"

juan flor

Fernando Llorente (Pamplona, 1985) está encontrando con Caparrós la confianza negada por anteriores técnicos. Lo tiene todo para ser la referencia ofensiva de los 'leones'.

Antes que la pelota, usted le dio bien al clarinete.

Sí, a los siete años descubrí la música. Empecé por el solfeo y seguí con el clarinete, en efecto. Y también hice mis pinitos con el piano.

En Rincón de Soto, su pueblo riojano, pese a que nació en Pamplona.

Eso es. Empecé a tocar en las fiestas del pueblo, nos juntábamos veinte amigos. Era muy divertido.

¿Se atrevería usted a tocar ahora?

¡No! Lo he perdido todo. Con doce años me vine para Bilbao y dejé aparcada la música, si la dejas, adiós. Ahora soy oyente de pop, de Los 40 Principales

Doce años y fuera de casa. Eso está más de moda cada día. Los primeros tiempos deben ser duros.

Sí, claro. Echas de menos tu casa, tus padres. Mi suerte fue que José María Amorrortu, que fue la persona que me fichó, me alojó en casa de unos amigos suyos que son como mis padres aquí en Bilbao. Con doce años, una familia es mejor que una residencia. Mis padres sabían de mi ilusión por prosperar en el fútbol y entre todos me ayudaron. Tuve todas las facilidades para ir aprendiendo, mejorando y madurando en todo.

Y jugó dos años sin contrato en el Athletic. ¿Cómo fue aquello?

Porque no acepté el contrato-tipo que ofrecía entonces el club a los jóvenes. El director deportivo era Andoni Zubizarreta. La cosa se arregló cuando llegó Fernando Lamikiz a la presidencia. Pero sí, fueron dos años sin contrato; cuando se es joven no se piensa en esas cosas.

Peor fue su experiencia con Javier Clemente.

Fue mi etapa más dura en el club. Igual me hizo más fuerte, más duro. No jugué lo que pensaba que podía jugar y eso siempre es duro de encajar.

El que sí le dio bola fue Ernesto Valverde.

Tanto que fue quien me hizo debutar en el primer equipo y el entrenador que más confió en mí.

¿Cree usted que prescindir de Valverde fue un gran error del Athletic?

La verdad es que el equipo jugó muy bien con él. Llegó a la Copa de la UEFA, tuvo peso en las tres competiciones No hubo motivo para cambiar de entrenador; la marcha de Ernesto fue un mal negocio para el Athletic, sí.

¿Con Joaquín Caparrós va a ir la vencida?

Mi intención es seguir como hasta ahora: trabajando bien. Yo soy quien se debe ganar el derecho a ser titular.

¿Es consciente de que es usted uno de los jóvenes que despierta más interés en todo el fútbol español?

Mi presencia en las selecciones inferiores hizo que se me conociera en su momento, sí. Fui Bota de Plata en el Mundial juvenil que se disputó en Holanda, por ejemplo. La de Oro me la quitó Leo Messi. Bueno, si alguno debía de ser, ¡que fuera él! Yo marqué cinco tantos y él, seis con Argentina. Respecto a que la gente me espera, descuide: pondré todo de mi parte para estar a la altura de las expectativas.

Para eso hace falta tener buen coco. Y usted, creo, es de los que se lo come mucho si no juega.

Es verdad. Estos dos últimos años no he jugado lo que me hubiera gustado. Llevaba cuarenta partidos sin disputar los noventa minutos, cuarenta seguidos. ¿Cómo no le voy a dar vueltas a la cabeza?

Ni Clemente ni Mané se la jugaron con usted en aquel Athletic que estaba con el agua al cuello. Se imponía la experiencia y el carisma de Isma Urzaiz. Que una cosa es llenarse la boca con los jóvenes y otra aguantarlos con el equipo abajo.

También es verdad. Hemos vivido momentos muy difíciles y eso me perjudicó, por supuesto. Si el Athletic hubiese vivido en una situación cómoda, probablemente mi panorama habría mejorado. Ahora, la capacidad de mejora del equipo es grande. A un año vista, el equipo será mejor, estará mucho más hecho. El fútbol es cuestión de momentos; hay equipos que no parecen que sean mejores que el tuyo, pero les llega la oportunidad de dar el paso adelante y lo dan. ¿Es mucho mejor el Racing que el Athletic? La única respuesta es que llegó su momento y lo aprovechó. Ya llegará el nuestro. ¡Ah, por cierto! De Ismael Urzaiz he aprendido mucho.

Hablar de crecimiento y de futuro nos lleva a Caparrós.

Está apostando por mí, está muy encima, entiendo que cree que puedo darle muchas cosas al equipo y me insiste en ciertos aspectos del juego que debo mejorar.

¿Por ejemplo?

Que tenga los tres palos de la portería en la cabeza, que me coloque como debe hacerlo un delantero centro, que viva del gol.

Claro: usted fue siempre un delantero más jugón que rematador.

Así es.

Incluso con la cabeza.

Que debería ser uno de mis puntos fuertes dado mi 1,92 de estatura.

No se vuelva loco: uno de los más grandes cabeceadores de la historia del Athletic fue Dani, que le debe llegar a usted a la barriga.

Pues s él tenía una habilidad especial para llegar siempre bien al remate de cabeza. A mí me pasa que mi inclinación era tocar, combinar, tener contacto con el balón, y con el tiempo me fueron haciendo 'nueve'. Pero lo otro nunca se olvida.

¿Le importaría jugar con un delantero por delante?

No, no me importaría. No me vería incompatible.

¿Es cierto que tuvo pie y medio en el Fulham este verano o no tanto?

Su oferta me hizo meditar. Llevaba dos años sin jugar apenas y tenía miedo a que siguiera igual la cosa por aquí. Dije que no porque venía otro entrenador (Caparrós) y confiaba que cambiaría mi suerte. Triunfar en el Athletic siempre es algo incomparable.

Pero de niño usted no era del Athletic.

Yo nací con el Dream Team de Cruyff.

Vale.

Cuando llegué tenía doce años, entonces eres una esponja que todo lo absorbe. Y me hice del Athletic.

¿El más hincha en el vestuario es Garmendia?

Es del Athletic hasta el tuétano.

¿En su equipo ideal qué jugador no dejaría usted nunca fuera?

Andrés Iniesta, por ejemplo. He jugado con él en las selecciones inferiores y sé de su enorme calidad. Es de lo mejorcito, si no el mejor futbolista español.

Ya que estamos y puesto que se enfrentaron el otro día. ¿Cómo vio a Raúl?

Se está saliendo tanto en goles como en juego. Y le avala su trayectoria impecable. Cualquiera puede atravesar por un bache, pero Raúl ha sido siempre Raúl y su casta, única: es el capitán del Real Madrid y el que más corre.

Volviendo a lo de los cabezazos, aquel que le sacó a usted Iker Casillas en San Mamés pudo cambiar el partido.

Sí, la gente estaba muy enchufada aquella noche, faltó un golito nuestro para que San Mamés estallará del todo. ¡Qué voy a decir sobre Iker! Si no es el mejor del mundo, lo parece.

Y esta tarde llega un Mallorca muy enchufado.

Nuestro reto es repetir el partido de Valencia, demostrarles desde el primer momento que los tres puntos van a ser nuestros. ¡Ojalá me salga un partido como el de Mestalla! El partido nada más, ¿eh?

¿A qué se refiere?

Me puse malo en el vuelo de vuelta a casa y vomité tres veces en el avión. Hasta eso de las cinco de la mañana no me tranquilicé. Fue un partido, pero luego lo pase fatal.

¿Cómo ve la Liga, se explica los problemas del Barça lejos del Camp Nou?

Creo que se está manipulando demasiado a Ronaldinho y eso no ayuda al equipo precisamente. Es un jugador increíble y no me explico cómo se duda de él.

¿Qué futbolista fue el ídolo de Llorente?

Michael Laudrup, ¡cómo jugaba de bien! Fue el primero con el que aluciné.

Y como técnico pinta también muy bien.

Desde la distancia parece que le da confianza a los futbolistas; sale Braulio y le responde. Gente de aquí, buenos futbolistas que al final sucumben ante otros que vienen de fuera y juegan porque para algo llegan.

¿Entiende que la Liga española es la que más problemas pone a sus jóvenes para darle una oportunidad?

Es muy competitiva y hay que entender las urgencias de los clubes, pero hasta cierto punto: en la Selección Sub-21 le ganamos a Holanda y acabamos fichando y confiando en los que perdieron y no en los que ganaron, que son nuestros futbolistas. Aquí hay muchos jugadores que pueden llegar, pero mal lo tiene si aparece un partido un rato y desaparece tres. Hay casos a la inversa y pienso en Baptista. Lo recuerdo una noche en San Mamés con el Sevilla: arrancaba y nos tumbaba de tres en tres. Su fútbol, su potencia, al final estoy seguro que acabará abriéndose paso en el Madrid.

Se explica usted como un libro abierto, Fernando.

Tampoco tiene mucho mérito: con fijarse un poquito te vale.