"Mi luna de miel consistió en ir a ver a Pelé en Maracaná"

Mario Vargas Llosa

"Mi luna de miel consistió en ir a ver a Pelé en Maracaná"

"Mi luna de miel consistió en ir a ver a Pelé en Maracaná"

Mario Vargas Llosa (Arequipa, 28-3-1936) dirigirá la Cátedra creada por el Madrid y la UEM. La cultura y el deporte se mezclan de la mano del excelso escritor peruano.

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene del fútbol?

Yo aparecí en Lima en 1946, y a los pocos días de llegar, un tío mío que era gran aficionado me llevó con mis primos al estadio a ver jugar a la 'U' (Universitario de Deportes de Lima). Fue una experiencia que quedó muy grabada. No sólo el partido, sino los hinchas, las barras, el color, el entusiasmo, la pasión de las tribunas.

Aquello le impresionó...

Yo era un niño de pantalón corto, y a partir de entonces el fútbol reemplazó lo que había sido el deporte favorito mío, la natación. Yo aprendí a nadar muy chiquito. Pasé la niñez en Cochabamba, que está en la cordillera, y el sueño mío y el de todos los niños era ir a las piscinas. Todo quedó en nada ante el fútbol y la 'U'. Hasta llegué, una sola vez, a jugar con los canichines (canteranos) de esta entidad en el estadio Nacional. No recuerdo haber pateado muchas veces la pelota, pero sí haber corrido de principio a fin con un gran entusiasmo.

¿De qué jugaba usted?

En la línea media.

Donde los pensadores

Donde están los que se suponen estrategas. Pero nunca llegué a destacar. La vida me empujó en otras direcciones. Pero nunca perdí la afición. Además, soy hombre de ir a los estadios.

¿Cómo se enganchó al Real?

Desde la primera vez que vine a España para hacer el doctorado, allá por el 58.

Era una buena época

Di Stéfano, Gento, Puskas El fútbol era entonces una de las cosas más divertidas que había que hacer en Madrid.

¿Su futbolista preferido?

Pelé. Mi mujer siempre se burla de mí por una cosa. Nos casamos y fuimos de luna de miel a Río. Al día siguiente de llegar la llevé a Maracaná a ver a Pelé, justamente. Mi luna de miel consistió en eso. Fue un Brasil-Alemania en el que Pelé metió dos goles.

Hábleme de Pelé.

Era un creador que se divertía jugando. Un hombre para el que el lucimiento era tan importante como la eficacia. No me he emocionado tanto con nadie como con Pelé. Tenía imaginación, gracia, elegancia

¿Qué le pareció Di Stéfano?

Era el empuje, la fuerza, la potencia de poner en movimiento a una delantera. Era una punta de lanza, un gran general.

Como Zidane

Este sí que era un estratega. Parecía que el partido estaba programado para pasar por sus botas, cómo movilizaba a la delantera, cómo apoyaba la defensa. Eso era lo importante de él aparte de sus jugadas, que siempre fueron maravillosas. Era un hombre de equipo, lo contrario de Pelé o Maradona.

¿Maradona?

También un caso de lucimiento y efectividad, al tiempo que no se puede separar del caso patético de su persona. Sólo valía para una cosa en la vida y esa cosa ocurría dentro del estadio. No sabía prácticamente nada, todo lo hizo mal, y en cambio entraba en la cancha y se convertía en un genio.

¿Le gusta algún futbolista desconocido para el público?

Un jugador que se llama Lolo Fernández, el gran goleador de la 'U'. Era un delantero centro con cabeza de oro, y era un caballero, un señor. Cuando se retiró de los estadios hubo duelo general en Perú. Era capaz de meter goles y al mismo tiempo infundir a su alrededor una especie de decencia...

¿Tiene este deporte algo de vulgar o chabacano?

Ha perdido espontaneidad. Se ha convertido en algo tan importante que los jugadores son más máquinas que seres humanos. A mí me gustaba, por lo imprevisible, el fútbol brasileño, cuando aún había estilos.

¿Cree que el fútbol fue o es un deporte de gente pobre que se hace rica?

El fútbol es un deporte en el que ricos, pobres, miserables y clase media coinciden y viven una experiencia común. Es una de las pocas actividades en la que se borran las diferencias económicas, sociales, religiosas o culturales y se vive una misma experiencia. Y no ocurre con todos los deportes. Hay algunos que tienen un claro sesgo clasista, como el polo. El fútbol es uno de los hechos sociológicos y culturales más interesantes de nuestro tiempo.

¡Es un bien socialista!

Hay un sociólogo brasileño, Roberto da Mata, que relaciona un partido de fútbol con la sociedad perfecta. Los jugadores valen no por lo que tienen ni por los privilegios de que puedan gozar, sino exclusivamente por sus méritos. Es una sociedad de reglas claras y limpias en el que el talento es premiado y además es castigado con inmediatez el que trasgrede las reglas Roberto da Mata es un caso interesante en una época en la que los sociólogos despreciaban el deporte como algo vulgar y materialista.

Pero el fútbol se practica más en zonas deprimidas.

Roberto da Mata relacionaba el auge de este deporte en Brasil, por ejemplo, con que representa a esa sociedad justa e igualitaria. Pero la realidad es que emociona por igual a países pobres o ricos, protestantes o católicos...

Woody Allen dijo en una entrevista a 'L'Equipe' que el fútbol era el guión perfecto por la capacidad increíble que tenía de cambiar el final. ¿Puede ser también un partido la mejor novela?

¡Qué idea tan bonita! Un partido puede ser una novela, por supuesto, porque tiene un arranque, un desarrollo, unos momentos de intensidad emotiva, pero finales felices y a veces trágicos dependiendo de para quién. El desarrollo de un partido estimula la retórica. Yo escribí un ensayo en el que decía que la crítica más divertida era la del fútbol, que los críticos de este deporte habían desarrollado toda una clase de metáforas, de alegorías a veces de una enorme poesía y una gran imaginación, en muchos casos independizándose del mismo partido, un juego retórico.

¿Nunca escribió usted una crónica de fútbol?

¡Cómo no! Recuerdo con nostalgia y cariño haber cubierto el Mundial del 82, corriendo de un lado para otro y escribiendo inmediatamente después del partido como en la época en la que yo era periodista de redacción. La Vanguardia y ABC publicaban aquellos artículos, y recuerdo como algo inolvidable la final entre Alemania e Italia, un partido bellísimo.

¿Si le doy a elegir entre el fútbol y los toros?

¡No voy a elegir! Es como elegir entre Cervantes y Shakespeare. ¿Por qué voy a elegir? Me quedo con los dos.

¿Ve en esos dos espectáculos alguna convergencia?

A diferencia de lo que ocurre con un libro, una película o una sinfonía, los toros hay que compartirlos en sociedad. Requieren la presencia de una comunidad. En eso se parecen. En los toros se mezclan cosas más irracionales. Tiene algo de primitivo que aflora, un cierto misterio que tiene que ver con la condición humana y la idea de la muerte. Nada está tan cerca de la muerte como un espectáculo taurino. Es misterioso cómo acercándose tanto a la muerte se pueda construir algo tan bello y al mismo tiempo tan efímero. De ahí su intensidad. Esto sucede en el fútbol: la jugada pasa y queda la nostalgia.

Hablemos de cosas concretas. ¿Le gusta cómo está jugando el Madrid?

Sería injusto negarlo. Hay una seguridad que no se dio en otro tiempo. Los resultados son positivos y soy optimista.

¿Qué le parece Robinho?

No hablemos de cosas tristes... (se queda callado).

Usted es más de Raúl.

Soy muy de Raúl. Es para quitarse el sombrero ante él y estarle muy agradecido. No falla y cumple. Le pone talento y corazón. Le admiro mucho. El Madrid se asienta en él y en otra gente como Ramos, que está dejando muy buena impresión.