Lamikiz no le fichó por el qué dirán

Primera | La intrahistoria

Lamikiz no le fichó por el qué dirán

El Athletic de este siglo empezó a derrumbarse cuando Ernesto Valverde decidió poner fin a su relación con Fernando Lamikiz. Un triunfo por 0-2 en el Bernabéu, con goles de Del Horno e Iraola más uno fantasma de Orbaiz que no subió al marcador, parecía presagiar un presente y futuro feliz para el club rojiblanco. Llegaron la eliminación europea a manos del Austria de Viena, las declaraciones del presidente hablando de fracaso, y el disgusto de Txingurri. Como un pecado añadido, ni siquiera la competición de Copa fue justa con el club que más la adora: el Athletic perdió a los penaltis su opción de aspirar a un título en la semifinal ante el Betis. El entonces presidente recurrió a Mendilibar, pero su aterrizaje en Primera no fue en pista. Se le ocurrió recurrir a Clemente, tan laureado en Bilbao como fuente de divisiones, en un momento en que tocaba remar y remar para que el barco no se hundiese. El Rubio salvó al equipo y se agarró a un salvavidas para seguir. Se hundió en pretemporada después de unas polémicas declaraciones tras presentar a Javi Martínez. Entonces, a Lamikiz, germanófilo después de estudiar varios años en Múnich, se le pasó por la cabeza buscar un técnico con mano dura. El hombre que le gustaba era Bernd Schuster, pero después de ver las caras que ponían en sus círculos más íntimos, no se atrevió ni a llamarle. Y optó por Sarriugarte. Fue su última decisión.