Consumida la jornada trece, el Espanyol crece y crece. ¡Como que está en la Champions! Más datillos irrefutables: lleva nueve jornadas sin perder. Suma 25 puntos, cuatro menos que el líder Real Madrid, y el Barça, próximo visitante de Montjuïc, está a dos; o sea a tiro para el sábado: veintisiete suman Las Ovejas. Siete victorias, cuatro empates y sólo dos derrotas avalan al equipo de Ernesto Valverde como un monumento al equilibrio: atrás, arriba y en el centro. Es uno de los equipos más difíciles de ganar en esta Liga loca porque sabe siempre lo que tiene que hacer y, además, tiene pólvora. Lo confirmó ayer en el Reyno de Navarra. Controló de salida, acuchilló a Osasuna en tres minutos y supo salir airoso cuando los rojillos apretaron, tras reducir distancias Portillo. Por cierto: Ziganda tiene un futbolista que va para extraordinario: el mexicano Carlos Vela. Su medio partidazo (salió tras el descanso) no mereció el disgusto de salir derrotado. Pero a esto juegan once, claro...

Y el Espanyol fue mejor, sobre todo en el primer tiempo, cuando se cocieron las judías. Hizo los dos goles, magníficos, y Ricardo le ganó un mano a mano a Tamudo de los que el héroe perico no falla. Cada contragolpe blanquiazul era un problema para un rival que tuvo en una acción personal de Juanfran su mejor ocasión, pero tiró fuera. Fue mejor el Espanyol porque tuvo mejor tono defensivo, Kameni acertó cuando se vio exigido, su ritmo en la creación y en la presión fue superior y cuando la agarraban Les Tres Bessones guay, Luis García, Tamudo y Riera, había lío. Además tuvieron la ayuda de un gran Valdo.

Y sí, era el partido de los ex y se impusieron los visitantes. Valdo jugó muy bien, ya digo, y Moha cumplió cuando salió por Riera, cuyo juego sigue in crescendo. Valdo no se había estrenado en la Liga y lo hizo ayer: hay cosas contra las que no se puede luchar. "No celebraré si marco en Pamplona", advirtió esta semana, como oliéndose la tostá. Fue el 0-2. Recortes varios a Puñal y tirazo cruzado. Generoso en la entrega como siempre, fue el mejor Valdo. Cosas del destino, no le den más vueltas. Y quizá que por el fondo se adivina ya la vuelta de Rufete y le conviene espabilarse.

Por contra, Pandiani apenas fue un disparo alto, en la primera mitad. Entre Jarque y Torrejón lo anularon. Cosa que le pasó también al centro del campo local ante los imponentes Ángel y Moisés Hurtado, pura cantera españolista, claves junto a Lola Smiljanic del buen acordeón defensa-ataque que es el Espanyol. No tuvo pólvora el Rifle ayer; algo mejor estuvo Juanfran, pero sin peso para desequilibrar un partido que a la media hora se puso perico y así acabó.

Portillo, ya digo, le puso pimienta al partido. Se nota que pasó por el Nàstic, que le hizo un traje al Espanyol en los dos partidos de la última Liga: 0-1 y 4-0. Un cabezazo de ariete de verdad, picando la pelota tras magnífico centro de Vela, le dio vida a su equipo, que protestó la anulación por fuera de juego de un gol del mexicano. Ni en el campo ni en la tele quedó claro que fuera eso, orsay claro. El asistente de Turienzo sí vio infracción y levantó la bandera. Como casi siempre, los designios de los liniers son inexcrutables.

¡Vaya semana!

Total, que ganó el Espanyol y no debe sorprender porque a este paso, la noticia será el día que pierda. Ganó sin discusión y sin tarjetas descalificantes para el derbi (preocupaban las cuatro de Luis García, por ejemplo) y nos disponemos a vivir una semana de derby en Barcelona como en los viejos tiempos. Los de Rijkaard tienen Champions en martes, en Lyon, los pericos no se moverán de Sant Adrià, una bendición siempre y más ahora con el frío que hace.

Derbi para ir masticando poco a poco, con todos los ingredientes imaginables y más: si el Espanyol gana se pondrá por delante del Barça en la jornada 14 de la Liga. Lo han puesto otra vez a las diez de la noche. No habrá problema esta vez: ¡hasta el espíritu de Companys será perico esa noche! Pues eso: ¡que venga el Barça!

El detalle: Valdo y Portillo se estrenaron

La tarde de ayer en el Reyno de Navarra sirvió para asistir al estreno goleador en la Liga de Valdo Lopes y de Javi Portillo con Espanyol y Osasuna, respectivamente. Valdo, que además volvía al Reyno después de cuatro temporadas allí, dio a Ángel Martínez la asistencia del 0-1. No es el primer pase de gol del extremo leonés en lo que va de campaña.