Simao, Reyes y Luis García ponen fin a la maldición de las bandas

Primera | Atlético de Madrid

Simao, Reyes y Luis García ponen fin a la maldición de las bandas

Simao, Reyes y Luis García ponen fin a la maldición de las bandas

helios de la rubio

Pese a que el debate en los últimos años se ha centrado en la búsqueda de un cerebro, lo cierto es que el Atlético, desde su regreso a Primera, ha perseguido con obsesión una solución para el juego por las bandas. Durante el verano el club rojiblanco ha firmado a tres futbolistas que, con la ayuda de Maxi, han liquidado el debate y multiplicado el peligro del equipo de Javier Aguirre.

El Atlético ha conseguido cerrar este verano una hemorragia que le perseguía desde el regreso a Primera. Recuperar el juego por bandas ha sido la obsesión de los seis técnicos que han pasado por la casa en este tiempo y la dirección deportiva en años sucesivos ha llegado a sumar catorce tentativas en el mercado para solucionarlo.

Stankovic y Luis García, en su primera etapa, llevaron a cabo el primer intento. El serbio había llegado con el Atlético en Segunda, pero no estuvo acertado en la temporada del regreso. Luis García sí convenció, pero fue por eso por lo que el Barça, sobre el cierre del mercado, ejerció su derecho de recompra. Esa temporada José Mari y Jorge fueron también soluciones improvisadas para la banda derecha y el portugués Dani para la izquierda. Ninguno acabó de funcionar.

Insistencia.

Amenazar al rival por los costados se convirtió entonces en un tema capital. En 2003 se trajo a Nano, Musampa y Novo. Ninguno de los tres cuajó, ni siquiera el holandés, que venía de salirse con el Málaga la campaña anterior. Manzano tuvo que buscar otras opciones y Paunovic jugó en banda varios partidos. Se marchó el jiennense, llegó Ferrando y tuvo que buscar en el mercado de invierno un recurso. Llegaron dos, Gronkjaer y Richard Núñez. El danés se hizo rápidamente dueño de la banda izquierda, mientras que el uruguayo como se vió era un hombre para actuar por detrás del punta pese a su perfil zurdo. Gronkjaer no terminó de adaptarse y decidió emigrar. En 2005 llegaron Galletti, Petrov y Maxi. El primero nunca llegó a convencer, pese a que tuvo muchos minutos. El búlgaro acusó el primer año su desconocimiento del idioma y en el segundo, cuando mejor estaba, cayó lesionado. Maxi tardó en entrar, pero se ha convertido en el líder del Atlético, pese a que no es un futbolista específico de banda.