Sneijder: Un muro le enseñó a ser ambidiestro

Sneijder: Un muro le enseñó a ser ambidiestro

Cuando Wesley Sneijder comenzó a dar sus primeros pasos, sus padres ya intuían que su segundo hijo por aquel entonces (ya son tres hermanos y Wesley es el más bajito) no sería muy alto. Era lógico por otra parte, ya que su padre Barry mide 1,72 y su madre Silvia 1,69. Sin embargo, sus otros hermanos sí dieron el estirón ya que Rodney (hermano pequeño) mide 1,75 y Jeffrey (hermano mayor) mide 1,78. A pesar de que no destacara por su altura, Wesley ya dejaba con la boca abierta a los padres de los otros niños cuando a los cinco años empezaba a jugar precozmente por las calles de Utrecht. Desde las tres de la tarde, hora en la que salía del colegio, no tenía otro pensamiento que no fuera el de coger el balón y empezar a dar sus primeras patadas. Diestro de pierna, su vida cambió cuando a los siete años ingresó a la academia del Ajax. Allí los técnicos informaron a sus padres que era muy bajito, pero que tenía una calidad tal, que en su fútbol, la altura no importaba.

Desde su ingreso en el Ajax, Wesley destacaba por su manejo con la derecha, pero tenía enormes limitaciones con la zurda, algo que desesperaba a este pequeño gran jugador. Tal fue así que después de cada entrenamiento se quedaba haciendo horas extras frente a un muro en el que empezó a gestarse este fenomenal ambidiestro. Le pegaba con la zurda y con la diestra, con la zurda y con la diestra... Así horas enteras disparando contra un muro de ladrillo que le devolvía el balón instándole a no parar nunca. Destreza y hambre le llevaron al primer equipo del Ajax y posteriormente al Madrid donde ya es un ídolo a pesar de su 1,70.