Comparte con Pirri el honor de haber sido distinguido con la Laureada. ¿Cómo lo recuerda?

Fue hace ya muchos años, creo que en 1979. Luis de Carlos hizo la propuesta en una Asamblea de socios compromisarios y se llevó adelante por unanimidad.

Un motivo de orgullo, supongo.

Imagínese, es algo para lo que no hay palabras. Es una distinción que está al alcance de muy pocos, como se ha visto, y que te entreguen algo así te llena de alegría.

La directiva blanca estudia convertir a Raúl en el tercer madridista con la Laureada. ¿Qué le parece?

Ante todo lógico y normal. Raúl es un futbolista como los que, por desgracia, ya no quedan.

¿Se la merece?

Ya lo creo. Es un hombre que lleva desde hace quince años en el Madrid y muchos de ellos como capitán. Es un ejemplo de fidelidad a este club. Ha dado siempre un paso adelante en los malos momentos. Su forma de trabajar ha sido superlativa y su espíritu y fuerza para superar todas las críticas han sido enormes...

Hablaba usted de Raúl como un futbolista de los que ya no hay...

Sí, y lo digo claramente. En el fútbol de hoy en día es casi imposible dar con un jugador que lleve tantas temporadas en un equipo. Puede que sea el último de esa saga de jugadores de club.

Como usted o Pirri.

Efectivamente. No se imagina la de ofertas que tuvimos para irnos de aquí y ni se nos pasó por la cabeza hacerlo. Creo que como Raúl.

Raúl parece que vive una segunda juventud. ¿Cree que al capitán le queda aún cuerda para rato?

Aunque el fútbol es exigente pienso que sí. Mire, yo aguanté hasta los 36 años y tras tener que pasar por varias operaciones en las rodillas. Raúl tiene aún 30, le han respetado las lesiones y se le ve con ganas.

Después de una época marcada por futbolistas con mucho nombre en el Madrid al final Raúl les ha sobrevivido a todos. ¿Es el último gran referente del madridismo?

Ojalá me equivoque, pero puede que sí. Más allá de todos los títulos ganados quedará su trabajo por el Madrid. Se ha ganado un puesto indiscutible en la historia de este club.