NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Primera | Real Madrid

"No basta con decir: vamos a jugar bonito"

Schuster explicó su proyecto en Las Tertulias del Asador de AS

Actualizado a
<b>CON ÉL SE ESTRENA LA SEGUNDA TEMPORADA DE LAS TERTULIAS DEL ASADOR</b>. Comienza la segunda temporada de Las Tertulias de AS en el Asador Donostiarra. Durante los próximos meses acudirán personajes de la Liga española y del deporte en general para repasar la situación del momento. El primer invitado de esta nueva campaña ha sido Bernd Schuster, entrenador del Real Madrid y actual líder de la Liga española. A la cita acudieron Alfredo Relaño, Pedro Pablo San Martín, Juanma Trueba, Tomás Roncero, Manuel Esteban, Carmen Colino y Oscar Ribot. Luis Villarejo, director de información del club, acompañó al alemán.

A fuerza de observarle se le descubre el parecido: Nick Nolte. El príncipe de las mareas. Sí, Schuster es un hombre con tipo de actor maduro, muy apto para interpretar papeles con una historia detrás y una aventura delante. Como el personaje de la película, las turbulencias de la juventud han dado paso a una serenidad socarrona. Parece mentira que quien fuera ángel exterminador, Thor con martillo, se haya convertido ahora en ejemplo de prudencia. Pero lo es. Después de ganar 0-5 en Villarreal, a Schuster le cuesta echar las campanas al vuelo: "Vale, la cosa no tiene mala pinta...".

De su capacidad para seducir al auditorio baste decir que Manuel Esteban, Manolete, atlético confeso y visceral, tardó menos de diez minutos en rendirse al invitado: "Bernardo, esta es la primera vez en 40 años que quiero que gane el Madrid. Y es por ti".

"Y no es que me haya vuelto loco. Es simplemente que los atléticos tenemos a Schuster cedido en el Madrid", trata de precisar Manolete, con chulería. "¡Pues no sé si os lo vamos a devolver!", responde Roncero divertido.

La conversación es agradable. Ante los elogios, Schuster se deja, pero no hace mucho caso. Sabe cómo empezaron las cosas. "Yo también quería que todo hubiera ido más rápido. Pero en pretemporada estábamos esperando jugadores y otros tenían ofertas y funcionaban a medio gas. Había un ambiente de distracción, porque las especulaciones no ayudan. Cuando vinieron los dos holandeses noté un cambio. Eran dos futbolistas bajitos, pero que venían como aviones. Cuando llegaron los nuevos, el resto de jugadores se animó más".

Planificación. "La pretem- porada no me gustaba, pero estaba hecha. Con sólo cuatro días de preparación no hubiese jugado el primer partido. A los diez días nos enfrentamos al Hannover. Luego Moscú, Coruña y Carranza. A dos días del Sevilla. En situaciones así siempre estás con el ojo pendiente de otra cosa".

"Y hay otra cosa que debemos cambiar: el Madrid no puede ir a un torneo de verano y jugar dos días seguidos, como nos pasó en el Teresa Herrera y en el Carranza. No son excusas, pero hay cosas que tenemos que hacer de otra manera".

"Claro que durante la pretemporada yo también estaba desesperado y preocupado, porque no he venido aquí para perder partidos. Pero después de perder contra el Sevilla nos vino bien empezar la Liga con el derbi. Eso motivó a unos jugadores que no es fácil motivar. Ahora todo es más fácil".

El arranque del Madrid nos recuerda que todos los equipos de Schuster salen con fuerza. "Me gusta empezar bien, no me va el poco a poco. A los jugadores les ayuda empezar bien las temporadas, eso favorece que la gente crea en lo que hace. Un partido como el de Villarreal te ayuda en tu trabajo, para tener una mentalidad más ambiciosa, aunque sé que aún hay que mejorar".

Villarreal no sólo fue una demostración de juego, también de ambición. "Lo hablamos en el descanso: hay que ir a por el segundo gol. No puede ser que nos conformemos con el resultado, no se puede ser así, no es cuestión de ponerse a mirar a ver qué pasa. Además, el Villarreal ya nos había demostrado que es un equipo muy ofensivo. Y la verdad es que empezamos muy bien la segunda parte... Las contras las jugamos muy bien y si hubiéramos sido más efectivos el resultado podría haber sido de escándalo".

"Pero no basta con decir: vamos a jugar bonito. La colocación ni se inventa ni se improvisa, la estamos practicando todo el día. No esperamos al balón, vamos a por él. Y eso lo hacen muy bien entre los cuatro de arriba: Robinho, Sneijder, Raúl y Ruud. Los jugadores se adaptan muy fácil. Es verdad que es muy sencillo encajar con futbolistas como Sneijder en el campo".

Rivales. Después de un comienzo tan prometedor resulta imposible no hablar de los aspirantes al título, de los rivales. Cuando toca referirse a ellos, a Schuster se le descubren dos debilidades, el Milán y el Sevilla. "En la Liga, el Sevilla, a su manera, volverá a estar entre los candidatos al título, seguro. Y el Barcelona también. Eso mismo pensaba del Valencia, aunque parece que ha tenido algunos problemas...".

De los adversarios en Champions, Schuster destaca al Milán. "Ahora mismo es el único equipo capaz de ganar al Sevilla, como lo hizo en la Supercopa. Llevan dos años jugando juntos y eso se nota. El Milán no se cansa de ganar títulos, es como los equipos buenos que repiten y repiten. El Liverpool no es tan atractivo en su juego, pero es un equipo feo para jugarle, duro y difícil. No hay más que recordar lo mal que lo pasó el Barcelona en la temporada pasada".

"Si el Milán es el diez, el Madrid ahora es el ocho. Y el Sevilla, el nueve. Ellos juegan de memoria y nosotros no, aún no hemos llegado a eso, a automatizar nuestro fútbol".

"Si tuviera que elegir entre las virtudes de los grandes equipos del mundo me quedaría con la verticalidad del Manchester y la defensa del Chelsea. La agresividad del Sevilla también me encanta".

Después de un verano de rumores y fichajes, Schuster está satisfecho con la plantilla. Eso no le impide reconocer que le hubiera gustado contar con Alves. "Al final podemos decir que para esta temporada hemos conseguido lo que necesitábamos. Con Heinze nos hemos quitado un problema de encima. Tiene garra, defiende... Y mira cómo es el alemán (Metzelder). Sí, tenemos una plantilla equilibrada".

Schuster no tiene inconveniente en diseccionar la plantilla, empezando por el capitán, Raúl González. "Cuando leí en el AS que Raúl decía que su objetivo era la Eurocopa, pensé: '¡Vaya papelón para Luis!'. Es verdad que yo comenté una vez, antes de ser entrenador del Madrid, que tal vez a Raúl no le vendría mal cambiar de aires, pero lo comenté porque a mí me ocurría eso. La rutina me hacía mucho daño. Me pasó en el Barcelona. Y no sólo a mí, también a la gente. Después de ocho años ya no me querían ver...".

"Yo creo que Raúl debería disfrutar mucho más ahora, ¿qué va a perder? Sólo puede ganar. Nuestro fútbol le va a ayudar, le favorece, como favorece a Ruud y a Robinho. Por eso Raúl tiene que dedicarse a disfrutar, no hay otra".

Parecido. Guti también merece un capítulo aparte. Su rendimiento está siendo decisivo en la transformación del Madrid. "A Guti le influye mucho el ambiente y los jugadores que tiene alrededor. Y lo que hace él es subirse al carro. En sus cambios de humor a veces me veo a mí cuando era futbolista. Pero Guti es receptivo, sabe escuchar".

Higuaín no lleva mucho tiempo en el equipo, pero se nota que es del gusto de Schuster. "En la pretemporada pusimos a Gonzalo en la banda derecha para verlo, pero yo creo que es un mediapunta. Tenemos que trabajar el gol, pero no es fácil. No obstante, pienso que nos podrá ayudar mucho tanto en la mediapunta como en la derecha".

Entre los nuevos fichajes, Sneijder es, sin duda, el futbolista que más ha sorprendido a Schuster. Aunque tiene elogios para todos. "En Villarreal, Drenthe tenía que ayudarnos en el lateral y lo hizo, pero está claro que la cosa cambia con la llegada de Heinze. Drenthe es holandés, pero parece caribeño. Y siendo tan alegre no es raro que se entienda tan bien con Robinho. Los dos generan un buen ambiente en el vestuario. De todas formas, yo le digo a Van Nistelrooy que tiene que ejercer de padre con los holandeses... Y les está ayudando mucho".

"Robben, por su parte, está mejorando mucho y este parón le viene fenomenal para poder unirse al grupo la semana que viene. Es otro que tiene unas ganas tremendas. De las lesiones está perfectamente. El problema es que con el lío de su fichaje no ha hecho pretemporada y hay que trabajar su musculatura".

El entrenador no se esconde cuando se habla de la eterna polémica sobre la aportación de los canteranos. "Me hubiera gustado darle la oportunidad a De la Red, porque no había jugado en Primera, pero al final, con 25 jugadores en la plantilla, se ha tenido que ir. Pero que nadie piense que estamos matando la cantera porque se haya marchado gente como Adrián o Granero. Hubiera sido fácil contar con ellos, ¿pero qué gano yo con que esos chicos se pasen la temporada en la grada? Es mucho mejor que jueguen en Primera División si tienen la posibilidad de hacerlo".

En opinión de Schuster, hay equipo para afrontar la Champions. "Nuestros rivales de grupo son buenos, pero confío en pasar. Sobre el Werder, ya sabemos lo pesados que son los alemanes. Aunque esta vez no contarán ni con Klose ni con Frings. Sobre el Lazio... ya conocemos a los italianos. Son duros. Y el Olympiacos tiene jugadores conocidos como Galletti y Raúl Bravo".

"Quiero ganar la Copa de Europa que estuve tan cerca de lograr como jugador, primero en Sevilla, contra el Steaua, y luego en el Madrid, cuando nos tropezamos con el Milán en las semifinales".

Hay jugadores que no vinieron, como Ballack. "El problema es que su agente cobra como un futbolista: millón y medio de euros. Eso, unido a que Ballack llegó libre al Chelsea y tenía un contrato elevadísimo, hizo imposible el fichaje".

Pero en el equipo de Schuster no sólo hay futbolistas, también colaboradores. El primero es Manolo Ruiz, el segundo entrenador. "Lo conocí en el Xerez, como entrenador de porteros. Él hace un poco el trabajo sucio. Después, en los entrenamientos, es cierto que a mí me gusta estar en un segundo plano. Me gusta delegar, que la gente que trabaja conmigo sienta la responsabilidad que tiene en el equipo".

En la preparación física está Di Salvo, que ya estuvo en el equipo con Queiroz y procede del Manchester. "Noto que el fútbol ha cambiado en que si ahora tú quieres algo, tienes que explicar muy bien el motivo. Pongo un ejemplo: Walter dedicó 40 minutos a explicar a la plantilla cuál era su idea de trabajo y habló del porcentaje de lesiones, de la prevención, de la importancia de que los suplentes se ejerciten tras los partidos... Cuando terminó, los jugadores lo agradecieron con un aplauso. Eso demuestra que la gente está receptiva".

Schuster ha modificado también algunas costumbres. "En la pretemporada decidimos que los jugadores compartieran habitación. No creo que sea bueno que los futbolistas estén solos tantos días. Además, había algunos nuevos y debían integrarse. Me sorprendió saber que dormían en habitaciones individuales desde hacía siete años, después de una propuesta de Hierro y Figo. Se explicó el cambio y los jugadores aceptaron sin problema".

Capello. La herencia de Capello y su salida del club es otra de las cuestiones a tratar. "Yo no sé cómo se habrá sentido. Si yo fuera él, me habría sentido contento por ganar un título, pero no tanto porque me vería con méritos para seguir. Pero no le conozco tan bien para saberlo".

"El título nos ha venido fenomenal para quitar ansiedad, pero ahora debemos ver qué queremos conseguir. Sí detecto que en algunas cosas se han quedado malos ejemplos, pero no heredados de Capello, que es un técnico disciplinado, sino de la época galáctica. Me refiero a ciertas actitudes de trabajo en los entrenamientos. Y veo que algunos jóvenes se dejan arrastrar también. En este aspecto ha sido muy importante la llegada de los jóvenes, su contagio. Tienen ganas de morder, como yo, que como técnico no he ganado nada y he venido aquí para conseguirlo".

Pasado, presente y futuro se mezclan cuando se habla con Schuster. El pasado más lejano está marcado por sus ocho años en el Barcelona. Allí se concentraron sus problemas en España, sus caprichos, la polémica. "Una vez me fui de Barcelona sin permiso porque quería jugar un partido amistoso de Alemania contra Brasil. El club no me dejaba viajar porque al día siguiente jugábamos contra el Rayo, pero yo no me podía perder un partido así. Finalmente aceptaron que jugara sólo durante 45 minutos. Después del partido había una fiesta, pero yo no asistí porque debía madrugar. Entonces comenzó la confusión. Esa noche me dijeron que no volvería a ser convocado con la selección por no ir a la fiesta. Yo hablé con Udo Lattek para que lo arreglara y la telefonista confundió el apellido del seleccionador, Derwall, con el de un amigo mío. En resumen, después de una serie de malentendidos, no volví a jugar con Alemania".

Del Madrid guarda buenos recuerdos y le gusta rememorar algunas anécdotas de los dos años que jugó con la camiseta blanca: "Cuando llegué al Madrid vi que es un equipo que te protege. En el Barcelona nadie te defendía. En el Madrid estaban Camacho, Gallego... Desde el club te dejaban claras cuáles eran tus obligaciones. Y con 28 años puedes aprender cosas. Claro que no fue fácil. Después de ocho años pegándome con el Soso (Gallego), Beenhakker decidió que compartiríamos habitación. El primer día tardamos una hora en hablarnos, a ver quién pegaba primero, pero luego nos hemos convertido en grandes amigos".

Torres. En el presente de Schuster todavía queda el Getafe. "No he hablado más con Ángel Torres. Me dijo que no quería saber nada de dinero si venía un equipo grande a por mí y luego no fue así. Creo que pagó conmigo algo que no era mi culpa. No fue justo".

Y llegamos al Madrid, el presente y el futuro. "Me gustaría mucho que las cosas fueran como en Inglaterra, donde puedes entrenar durante diez años a un mismo equipo. Yo firmaría ahora mismo quedarme durante una década en el Madrid. Pero en países como Alemania o España eso es imposible, aquí no tenemos esa base, esa formación".