Buenas noticias para el madridismo. La lesión de Iker Casillas es menor de lo que se pensaba y el meta hará todo lo posible para jugar el sábado ante el Atlético de Madrid. El portero tiene una fuerte contusión en el tendón cuadricipital y el tercio distal del muslo derecho y lleva en reposo 24 horas. Hoy tampoco se entrenará, pero su pierna mejora con el paso de las horas.

Ayer el jugador estuvo todo el día en su casa y sus compañeros de la selección (se lesionó por una entrada fortuita de Cesc Fabregas) se interesaron por su situación física. Por la mañana tuvo la pierna hinchada y con dolores, pero los médicos le tranquilizaron al decirle que eso era normal por el golpe que había recibido. Hoy volverá a ser examinado en Valdebebas, pero los doctores también son optimistas y piensan que Iker podrá estar sin problemas en el partido del sábado. Lo cuidarán con el máximo mimo y estará entre algodones hasta el día antes del derbi. El objetivo es que el meta se entrene el viernes al mismo ritmo que los demás y que Schuster lo tenga al cien por cien el sábado a las ocho de la tarde.

Mañana, Iker dedicará la mañana a estar en el gimnasio y a recibir masajes en la zona dañada. Los fisioterapeutas se pondrán manos a la obra para recuperar al portero en tiempo récord. Iker también es optimista. No se quiere perder por nada del mundo el primer partido de la temporada. El guardameta ha estado poniéndose hielo para el hinchazón y, de momento, no tiene medicación prescrita.

Ausencia.

La última vez que faltó en un partido de Liga en el Bernabéu fue en la última jornada de la temporada 2003/04 ante la Real Sociedad (había disputado las 37 jornadas anteriores). No fue por lesión. Fue por decisión técnica. El Madrid ya no se jugaba nada, fue cuarto en el campeonato nacional y perdió aquel encuentro por 1-4.