Parece que entrena como juega. Está muy metido en el partido y no para de lanzar chinitas a los árbitros...

Ese soy yo, no voy a cambiar ahora.

¿De quién aprendió más?

De Luis Aragonés y de John Toshack, esos dos son mis referentes, aunque también he absorbido cosas de Cruyff o de Clemente cuando han comentado sus impresiones sobre el fútbol.

Le ganaron a Brasil a la contra, como cuando jugaba en el Atlético.

Sí (risas), parecía uno de esos partidos en los que el negro Cabrera y yo rompíamos a las defensas contrarias con esos contragolpes que nos enseñó Luis Aragonés.

Este triunfo sobre Brasil, ¿es el espaldarazo que necesitaba para afianzarse en el cargo?

No.

¿Por qué?

Porque esto ya lo he vivido como jugador y estoy acostumbrado a soportar esa presión.

Pero las críticas hacia usted eran muy fuertes.

Sí, pero no me importan. Siempre hay envidiosos que tratan de hacerme daño, como cuando era jugador.

¿Esos problemas siguen persiguiéndole?

Sí, porque mi mayor pecado es que soy un triunfador y eso a mucha gente no le gusta porque me tienen envidia.

¿Qué le parece que el Real Madrid haya decidido que Capello no siga?

Todo lo que hace el Real Madrid siempre está muy meditado y habrán tomado la decisión siempre pensando en el bien del club.

¿Cree que Schuster está capacitado para ser el entrenador de Real Madrid?

Conozco a Bernardo muy bien porque fuimos compañeros en el Madrid y sé que sabrá transmitir su fuerte personalidad al equipo. Él era un líder en el campo y no le vendrá grande el Real Madrid.