"Con El Fantasista estoy logrando el milagro de que la lean los futbolistas"

Hernán Rivera Letelier

"Con El Fantasista estoy logrando el milagro de que la lean los futbolistas"

"Con El Fantasista estoy logrando el milagro de que la lean los futbolistas"

jesús rubio

Hernán Rivera Letelier (Chile, 1950) acaba de publicar en España su primera novela de fútbol, El Fantasista (Alfaguara), que narra la historia de un malabarista del balón que llega en los últimos días de vida de la salitrera chilena de Coya Sur. Y lo hace en vísperas del trascendental partido de fútbol que enfrentará al campamento contra el eterno rival. Una historia de fútbol con la que emocionarse.

Después de ocho libros en el mercado, ¿qué le impulsó a escribir su primera novela de fútbol?

No es exactamente mi primera novela de fútbol. En La Reina Isabel cantaba rancheras, que es un libro de putas, hay un capítulo donde yo hablo del fútbol que se practicaba en el desierto. Cuando estaba escribiendo este capítulo, me di cuenta de que había tema para una novela.

Y la escribió, pero tardó diez años

Yo sabía que ésta era una novela que tarde o temprano la iba a escribir porque se la debía a mis amigos de la infancia con los que jugaba con una pelota de trapo en el desierto, a mis compañeros de la mina con los que iba a jugar después del trabajo. Pero, esencialmente, se lo debía al fútbol. El fútbol nos redimía del hastío tremendo del desierto, donde no había nada que hacer, ni a dónde ir en las tardes infinitas de la pampa. De repente aparecía una pelota de fútbol y aquello era algo mágico.

Algunos críticos literarios se lamentan de que no se haya escrito un gran libro de fútbol.

No existía hasta que llegó El Fantasista (lo dice muy tajante). Yo jugué al fútbol y sé lo que se siente. Por eso abomino a los intelectuales a los que no les gusta este deporte, que nunca han sentido esa emoción. El fútbol, aparte de redimirnos del aburrimiento, forma parte de nuestras vidas. En una cancha de fútbol aflora lo mejor y lo peor del ser humano: la valentía, la amistad, la audacia, la creación, pero también aflora la traición, la cobardía, la maldad... El fútbol es la metáfora de la vida.

Santiago Segurola, crítico cultural y deportivo de El País decía hace poco lo siguiente: "No entiendo por qué los intelectuales han dado la espalda a un fenómeno (refiriéndose al fútbol) que está presente en cada minuto de la vida de la gente". ¿Qué opina usted?

Yo creo que escribí este libro precisamente porque no soy un intelectual. Yo soy un contador de historias. Sí, hay muchos cuentos de fútbol pero, ¿por qué no hay novelas de fútbol? Mi teoría es que el fútbol es un tema muy acotado, como sucede con la pornografía. Con una película porno que dure cuatro horas sucede que a la mitad de la película te aburres porque el tema es el mismo y se repite. El fútbol también es un tema muy acotado. Yo descubrí eso cuando empecé a escribir esta novela. Al principio iba a tratar sobre el último partido en el desierto, en un campamento, pero me di cuenta de que con el único hilo argumental del partido no me alcanzaba para una novela. Tenía que buscar una historia que fuera su columna vertebral. Y entonces descubrí al Fantasista y me di cuenta de que con este personaje podía contar la historia del partido de fútbol. La otra meta que me impuse fue escribir una novela de fútbol, pero que trascendiera el propio fútbol.

Explíquese, por favor.

Quería escribir una novela que le gustara también a las mujeres, que son las que mayoritariamente odian el fútbol y... a los peloteros (refiriéndose a los futbolistas).

¿Y cree que lo logró?

Cuando acabé de escribir la novela hice un experimento: se la pasé a una amiga que odia a los peloteros. Le dije: 'ésta es una novela de fútbol, a ver hasta qué página llegas'. ¡Se la leyó entera! Con esta novela estoy logrando dos milagros: que se lean mi novela las personas que no entienden de fútbol y, el más grande, que se la lean los futbolistas. Hay excepciones, pero la mayoría de los futbolistas no leen. Pues esta novela sí, se la están leyendo porque su éxito se basa en que ha funcionado el boca a boca.

Una curiosidad: ¿Quién podría ser El Fantasista de la Liga española?

En el Barcelona sería Ronaldinho. Y en el Real Madrid, Robinho, claro. Es un jugadorazo, es un fantasista. Pero lo que quiero aclarar es que El Fantasista es una persona que existe, es un tipo que va de pueblo en pueblo haciendo fantasías con una pelota.

Y, como escritor que es, ¿qué novela le inspiraría, por ejemplo, el Real Madrid?

Escribiría una historia donde se relacionara el fútbol con el sexo, pero no sólo me la inspiraría el Real Madrid sino cualquier equipo de fútbol.

¿Cuál es el motivo?

En mi país, Chile, hubo hace poco un problema con la selección estando concentrados en el extranjero. Sorprendieron a dos jugadores, Mark González y Navia, con dos chicas a las tres de la mañana en la habitación del hotel. Y la explicación que dieron es que les estaban firmando un autógrafo... Y les castigaron. Eso me pareció una estupidez salvaje. En mi libro, hay un personaje, el Choche Maravilla, que tiene por costumbre echar dos polvos antes del partido. Y dos polvos son dos goles. Recuerdo que en el desierto, cuando jugábamos al fútbol con 40 grados, en el descanso los tipos se arrancaban a la casa, le echaban un polvo a la vieja y se volvían a jugar el segundo tiempo. Eso de que el sexo es malo para el fútbol es mentira. El fútbol le puede hacer daño al sexo, pero no el sexo al fútbol.

¿Tiene pensado escribir una segunda novela de fútbol?

Yo no busco los temas, los temas me buscan. Y si me nace de las tripas, escribiré otra. Yo soy un escritor intuitivo, como los buenos jugadores de fútbol. Yo empecé a jugar al fútbol con una pelota de trapo y nunca pensé que iba a ser escritor, pero en el fútbol tendía a crear cosas, a inventar.

Entonces, ¿el fútbol le llevó a la literatura?

Yo creo que sí, yo con la pelota hacía las metáforas que ahora hago con las palabras.

Por esa teoría, ¿detrás de todo jugador hay un escritor en potencia?

Hay un artista, no específicamente un escritor. El fútbol es un arte y hay artistas buenos y artistas malos, y hay artistas que nacieron con el don del balón. El futbolista con intuición, con creación es un poco músico, es un poco bailarín, actor, escritor... Es un artista completo.

¿El fútbol con qué estilo literario se correspondería?

Tiene que haber poesía. Esto es esencial. El buen fútbol, un buen pase, una buena jugada, un buen gol, son versos, poesía pura. Y el tipo que hace el gol siente lo mismo que el poeta cuando escribe un buen verso. Tanto es así que cuando me sale una buena frase, una buena imagen o un buen adjetivo, salto de la silla y lo celebro como si de un gol se tratase.

Pues que siga usted celebrando muchos libros, muchos goles... y mucho arte.

Por cierto, hablando de arte, me gustaría desvelarle algo.

Adelante.

El inventor de la rabona no fue Diego Armando Maradona. El inventor de la rabona... ¡Soy yo! A los cinco años yo la hacía con una pelota de trapo en el desierto. (E improvisando una pelota con un cojín del hotel donde se hizo esta entrevista, Hernán Rivera Letelier hace una rabona y deja constancia de sus habilidades).

Una novela con la historia de un malabarista del balón

El Fantasista transcurre en los primeros meses tras el golpe militar de 1973 y relata el último partido entre las minas de Coya Sur y María Elena. Separados por 7 kilómetros, estos campamentos han alimentado una rivalidad histórica y en el partido se juega mucho más que lo deportivo. Coya Sur tiene los días contados: su declive es inminente y el pueblo va a ser demolido. Es el "último partido antes del fin del mundo".

Una semana antes del juego, llega hasta la oficina una singular pareja: una misteriosa pelirroja y un tipo con un balón bajo el brazo. Ella responde al nombre de Colorina y él al de Expedito González, alias el Fantasista, un malabarista de la pelota que viaja exhibiendo su show. Cuando los habitantes de Coya Sur ven lo que es capaz de hacer con el balón, quedan asombrados, y no lo dudan: con El Fantasista la victoria es segura.

Hernán Rivera Letelier cuenta una historia que emociona y divierte donde sus entrañables personajes se juegan la vida en pos del orgullo, la amistad y el coraje. Pero, sobre todo, en pos del amor.