No, otro año más, no. Eso es lo que las peñas le piden a su Atleti en su día: que el equipo no vuelva a fallarles. "Este año ha de romperse la tradición. Desde el año del Centenario nos lo deben y, ahora, lo necesitamos más que nunca", corean con fervor rojiblanco.
AS reunió ayer a las más representativas del Atlético en Casa Juan y todas coinciden: "Se acabó, o ganan al Betis en nuestro día o asaltamos el vestuario". A la mesa, César Colmenarejo, presidente de Remedios, con 820 socios; Belén Corral, de Indias rojiblancas e Indi de Murcia; Julio de las Heras, de Cholo Simeone de Morata de Taju Miguel Ángel García, de Zarzaquemada, Maribel Soria, de Chamber Isabel Esteban, de San Sebastián de los Reyes; Luis Fernando Borreguero, de Flor de Entrevías y los representantes de la Agrupación, Fernando Romero, Raúl López, Julián del Casar, Nacho Briones y Juan Carlos Gaitán. Doce comensales con el vicepresidente rojiblanco, Lázaro Albarracín, presidiendo y un único sentimiento: el rojiblanco, plasmado hasta en los manteles de Casa Juan, rojos y blancos. "Como Dios manda", señala con salero Maribel. Los ánimos están divididos, a un lado la ilusión del día de las peñas, de su día, al que asistirán como poco los 10.000 peñistas del año pasado, y al otro, el desencanto de Anoeta. "El sábado han de unirse a nuestra fiesta. No deben perder, ya son muchos los años en los que nos fallan, y se acabó, la afición no lo permitirá más", claman. Hoy el Atleti cumple 104 años, ellos el sábado celebran su fiesta y no quieren más desencantos. "Ese día vamos todos felices y siempre se nos atraganta la cena", arguye Miguel Ángel García. "Fíjate, al descanso, cada año, le doy los bocadillos a mis hijos", dice Maribel. "Tranquilos", consuela Isabel, "el gafe ya se rompió en el Día del Niño". Para ella la palabra "no se puede" no existe.
Habla Miguel Ángel García: "Los jugadores han de tener claro que juegan en el Atlético y que en esas rayas rojiblancas llevan prendidos los sentimientos de muchas personas". Aún duele la derrota en San Sebastián, aún quema, pero la afición sigue con el ojo en la Champions. "Sólo si la alcanzamos, iremos a Neptuno", avisa Romero. La UEFA no es celebración suficiente para un equipo con 104 años de historia y nueve Ligas en las vitrinas. Albarracín asiente, es la voz rojiblanca, "a Neptuno se va a celebrar títulos", esgrime y calma las ansias de la afición: "Tranquilos, el sábado al Betis lo ganamos 2-0". El resto brinda.
Este año más que nunca, creen en su equipo, pero es hora de achucharle. Todos coinciden, uno de ellos estará en el campo: Torres. "Es Dios", zanja Julián del Casar. "No entiendo que se le critique", añade. "Desde los 17 se ha echado este club a la espalda y si no fuera por él dónde estaría ...", apostilla Miguel Ángel García. ¿Debe seguir tirando los penaltis? En la mesa no hay duda. Sí, sí y sí. ¿Y Aguirre, debe seguir? Aquí, unos tiran por el sí y otros, por el no. "Deberían darle dos años, dejarle tiempo", dice Isabel. "Deben traerse a Caparrós", pide Luis Fernando.
Con el postre, las conversaciones derivan en nombres propios: Agüero, Maniche, Maxi. "No se ha adaptado", opina Miguel Ángel del primero, "pero es un fenómeno; dadle tiempo", corrige Juan Carlos. "Lo de Maniche no importa: a él no le importa el Atleti y al Atleti no le importa él", aquí coinciden. "Con Maxi seríamos terceros, después de Torres es el jugador más carismático". Alguien recuerda que hoy su equipo cumple 104 años y sus rayas rojas y blancas han de pesarle aún más a sus jugadores, como a ellos. "El sábado demostraremos que somos la mejor afición del mundo. El equipo nos debe una alegría. Y que nos la pague, ¿no?". No quieren que se escape Europa, ahora, que están tan cerca, no quieren que se esfume, como otros tantos años. Y el primer paso, para ellos, será ganar el sábado. Es su día.
Prefieren a Xabi Alonso antes que a Raúl García
Ellos lo tienen claro, el Atlético a quien debe fichar es a Xabi Alonso. "Raúl García es aún muy joven y este club necesita a jugadores consagrados", esgrime Julio de las Heras. A Nacho Briones le da igual consagrados que no: "Lo que hay que hacer con los nuevos es que, en el primer partido del Calderón no jueguen y se les lleve al primer anfiteatro, pero no de cara al campo, que miren a la grada y vean qué camiseta visten. Después, s que jueguen". Pues eso.
