El viejo y entrañable San Mamés seguirá ocupando un lugar preferente en el corazón de los seguidores del Athletic, pero dejará de existir como tal, físicamente, en un corto plazo de tiempo. No llegará a ser centenario por dos años. Se calcula que para 2012, al lado de las cuatro paredes resaltadas por el arco de la tribuna principal, se levantará majestuoso un recinto moderno y capaz para acoger hasta 55.000 personas que podrán seguir vibrando con un equipo cuyo poderío estará en consonancia con la belleza y funcionalidad de un nuevo San Mamés.

Los socios dieron ayer su visto bueno al cambio de casa. El Athletic se muda a un estadio cinco estrellas. La voluntad de la masa social expresada en una asamblea extraordinaria celebrada en el marco de otro edificio emblemático de la ciudad, el Palacio Euskalduna, pone en marcha el proyecto de modo irreversible.

La directiva sacó adelante su iniciativa por un margen muy ajustado y tras una reunión preñada de tensión. Los estatutos del club fijaban en dos tercios de los asistentes a la asamblea al cupo mínimo para la aprobación del proyecto. De los 782 socios presentes, 547 votaron afirmativamente, 134 dijeron no y hubo 29 papeletas en blanco o nulas. Este resultado se traduce en un 69,95 % a favor del nuevo campo. Esto significa que el margen que evitó el fracaso de la junta fue de apenas 25 votos.

El Athletic se dotó ayer de una estructura que le debe permitir mirar al futuro con esperanza. El nuevo campo será el pilar que sustente y revitalice en todos los órdenes una institución centenaria que estaba pidiendo a gritos un impulso. La pérdida de competitividad a partir del estancamiento económico que agrava las desventajas derivadas de sus principios filosóficos, es una realidad superable en el corto y medio plazo.

Los socios captaron la trascendencia del paso que ayer se les planteaba. Es difícil sustraerse a los beneficios que le reportará al Athletic un estadio de primer orden, pero no es menos cierto que el índice de disconformidad observado fue elevado. En fin, que la masa social del club sigue agitada y en ello tiene su incidencia la marcha deportiva del equipo.