Copa del Rey | Betis 0 - Sevilla 1
El Betis no se creyó la remontada
Visto lo que sucedió en el césped, la reanudación del derbi se antoja innecesaria. El Betis, que fue quien más peleó por jugar estos minutos, apenas hizo nada por superar al Sevilla, el mejor en esta eliminatoria que duró más de un mes.

El derbi más vergonzoso que se recuerda entre Betis y Sevilla, suspendido el 28 de febrero por un botellazo a Juande Ramos, tuvo una prolongación tan innecesaria como aburrida. Los esfuerzos del Betis porque los diferentes comités no dieran por ganador al Sevilla después del botellazo no tuvo reflejo en los jugadores, que afrontaron los 33 minutos como una obligación incómoda, un trámite al que les empujó el club pero en el que nunca tuvieron la cabeza.
El Sevilla fue el único equipo que salió con la idea sentenciar la eliminatoria y buscó con insistencia la portería de Contreras. El hiperactivo Daniel Alvés, Alfaro, Chevantón y Luis Fabiano probaron al portero, que fue uno de los pocos que se olvidó de la frialdad del ambiente, provocada por esas gradas huérfanas de público. Al menos esta vez nadie silbó al árbitro, ni censuró la actitud de los futbolistas, aunque claro, tampoco nadie pudo festejar en las gradas el pase a semifinales, donde el Sevilla se encontrará con Deportivo, Barcelona y Getafe.
Para que no faltara nada en este minipartido, los entrenadores no dudaron en agotar los cambios. El técnico del Sevilla, Juande Ramos, para perder tiempo, y el del Betis, Luis Fernández, por intentar lo imposible. Porque imposible pareció que su equipo se metiera en el choque. Se reanudó el encuentro casi un mes después para que el Betis apenas disparara una vez a portería. Robert fue el atrevido. Incluso de haber marcado no hubiera servido para nada, porque el empate clasificaba al Sevilla.
El tiro no fue ni entre los tres palos. ¿Y para esto se tuvieron que jugar los 33 minutos?