"Necesito jugar,daría cualquier cosa por pisar San Mamés"

Carlos Gurpegi

"Necesito jugar,daría cualquier cosa por pisar San Mamés"

"Necesito jugar,daría cualquier cosa por pisar San Mamés"

juan flor

Lleva diez meses sin ejercer de futbolista por su sanción por dopaje. Reconoce que hay días en los que no le apetece ir a entrenarse. Su impotencia crece al no encontrar casos de jugadores que hayan cumplido una pena semejante. Sueña dormido y despierto con calzarse las botas.

Se van a cumplir once meses desde su último partido, un Athletic-Mallorca en el que sufrió una grave lesión facial en un choque con Lafuente. A ello se le unió la ejecución de la sanción de dos años por dopaje. ¿Cómo lo lleva?

Me parece un mundo. A los futbolistas nos gustan los domingos y once meses sin poder disfrutar de ellos, sin jugar... Noto que me falta algo, la tensión del fin de semana, las ganas de jugar y demostrar lo que soy. Ahora, desgraciadamente, sólo lo puedo hacer en los entrenamientos.

¿Cuántas noches ha soñado que volvía a vestirse de rojiblanco en esta caseta?

Muchas, cuando el equipo gana tengo envidia de no estar con ellos y cuando pierde es una impotencia tremenda. Sólo puedes ayudar anímicamente. Sueño muchas noches con mi vuelta, sobre todo en San Mamés. Espero que sea pronto. Mi único pensamiento va dirigido hacia ello.

¿Y cuando se despierta y se da cuenta de que el martirio no ha terminado?

Sólo son sueños. Ahora la mayor ilusión de mi vida es volver a pisar este campo, daría cualquier cosa por ello, y que ese día el equipo gane para que la fiesta sea completa. Lo que me pasa es una realidad, pero los sueños no me los puede quitar nadie.

¿Sabe exactamente los días de sanción que lleva o ir tachándolos sería un escarnio?

No, sé que son casi diez meses. Mucho tiempo. No sé si algún futbolista ha cumplido tanto. Además, parece que la sanción es sólo lo que llevo sin jugar. ¿Y lo que he vivido estos años? Todo viene desde 2002. Gracias a Dios he podido convivir con ello, hacerme un nombre y cuando vuelva se verá a un mejor jugador, mentalmente soy más fuerte.

En público parece fuerte, aunque ya no es el chaval risueño, radiante de sus inicios. ¿Le ha tentado alguna vez tirar la toalla y marcharse a casa?

Sí. Hay días en que no te apetece ni ir a entrenar, es muy difícil mantener la motivación durante la semana. Ahora mi motivación son los entrenamientos y si me los quitaran, estaría muerto. Es el único momento del día en que sólo puedo pensar en fútbol. Es difícil estar feliz, aunque tengo que agradecer el cariño de la gente, que me hace pasarlo mucho más fácil. Es increíble todo el ánimo que recibo en la calle.

Llegan centenares de mensajes de ánimo al club.

Cuando tengo un mal día, miro la web y me fortalezco para seguir. Cuando esto termine, tengo que devolverles todo el cariño en el campo.

Le preocupan sobremanera sus padres. ¿Cómo lo viven?

Ponerse en su piel es complicado. Cuando era crío, para nosotros era impensable que algún día pudiera llegar al Athletic, debutar en Primera, las cosas que he hecho. Era un sueño. Estaban muy orgullosos de lo que había logrado y ver que eso te lo están arrebatando... Ellos ya saben que yo soy fuerte y cómo entreno. Están convencidos de que cuando vuelva voy a ser el mismo.

¿Qué gesto solidario es el que más le ha impactado?

Todos. Ver cómo la afición del Athletic se ha volcado conmigo es reconfortante. No ha habido fisuras entre ellos.

Partido en San Mamés ante el Racing un día después de que la Audiencia Nacional confirmase su sanción. Se hizo un mosaico en su favor y marcó un gol. ¿Inolvidable?

Fue impresionante. Ha sido uno de mis mejores momentos como futbolista. Recibí mucho cariño, metí gol y ganamos. Todo fue perfecto.

Hace dos fines de semana fue un hincha más en el Camp Nou, donde tres años antes había marcado un tanto que sirvió para empatar al Barça. ¿Fue duro estar en la grada?

La sensación es rara, porque donde debo estar es en el campo. La gente del Athletic me trató como si fuera uno más. Me vino a la cabeza ese gol. Aquella fue una alegría inmensa.

Se partió la cara, en el literal sentido de la palabra, por el club. El año pasado jugó lo que pudo con unas molestias terribles de pubis. ¿Le ha correspondido tanto esfuerzo?

Sí. Cuando yo digo que estoy agradecido al club por todo lo que ha hecho conmigo no sólo me refiero a la situación que se ha dado tras el tema del dopaje. Llegué con 17 años y el Athletic me lo ha dado todo. He madurado mucho como persona, me ha enseñado a tener unos valores, unos sentimientos hacia el club. Nunca podré reprochar nada al club, está por encima de los jugadores.

La reciente renovación por cuatro campañas paga su trayectoria y el actual vía crucis. ¿Sirve siquiera de alivio?

Mi mejor contrato sería volver a jugar. La ampliación es algo que me he ganado en el campo, no creo que en el Athletic se regale nada.

Queda la respuesta al recurso ante el Constitucional. ¿Mantiene la esperanza de que le den la razón?

Sé que es complicado, después de todo lo que ha pasado... Siempre queda una posibilidad, me agarro a ella.

Hay puñados de futbolistas que cumplieron una sanción por dopaje inferior. Davids, Couto, Stam, Guardiola, Frank de Boer y Torrisi estuvieron parados en torno a cuatro meses. A Abel Xavier se la rebajaron de 18 a 12 y al benfiquista Nuno de Assis, por un positivo de nandrolona en 2005, le castigaron un año.

Conmigo no ha habido ninguna reducción, creo que ya es el momento de que vuelva a jugar. Llevo tiempo cumpliendo por algo que yo no he hecho.

Mané planteó la posibilidad de una amnistía con la puesta en marcha de la Nueva Ley Antidopaje. ¿Creyó en ello?

Es una nueva ley y hubiese sido bueno que se partiese de cero, que todo lo de antes se eliminase. Es algo que podrían pensar. Si se sientan unas bases a partir de hora sería bueno para todos.

Quiere volver a ser futbolista y punto. ¿Hay un momento en que le da casi igual que le consideren inocente o culpable, pero que acabe esto?

Yo lo que quiero es jugar. Me gustaría que lo hiciesen cuando me hayan declarado públicamente inocente, pero estaría encantado de hacerlo por cualquier motivo.

Por si el sufrimiento individual no basta, sus compañeros no ayudan con la pelota.

Nos hemos metido otra vez en el lío. Ahora necesitamos ir todos en la misma dirección en el vestuario.

¿Hay algo que le podría resarcir de tanto sufrimiento?

Estoy convencido de que el fútbol me tiene guardado algo bueno. Cuando llegué a Lezama me lesioné para ocho meses, luego caí otra vez de la misma rodilla. Ahora esto. Lo mejor sería ganar un título con el Athletic.

Ni un solo gramo más de peso en la báscula

Carlos Gurpegi se machaca a diario y cuida su cuerpo como si mañana tuviese que volver a jugar. La taquilla número 19, que no corresponde con su número de dorsal, le está esperando en el nada ostentoso vestuario de La Catedral. "En cuanto vuelva, ya puede arrancar de aquí el que esté", dice bromeando. "Estoy contento de seguir en el peso (sobre los 75 kilogramos) y sentirme bien físicamente, me preocupaba mucho cuando empecé", explica el de Andosilla. Por las tardes, está sacándose el primer nivel de entrenador en el Colegio Vizcaíno. No ha hecho una pira.