David Beckham se siente muy agradecido por las palabras de sus compañeros, que en cada intervención pública han apoyado el regreso del futbolista inglés, apartado por Fabio Capello desde que manifestó el pasado 11 de enero que la próxima temporada jugará en Estados Unidos. A partir de entonces, no ha vuelto a ser convocado. El último en manifestarse en este sentido fue Guti, el segundo capitán: "Nos gustaría que David aún jugara con nosotros". Antes habían hablado otros pesos pesados del vestuario como Raúl, Salgado, Casillas o Helguera.
Beckham agradece el gesto y ya ha comunicado que él hubiera estado dispuesto a hacer lo mismo por un colega de profesión. De hecho, siendo jugador del Manchester, hizo algo parecido cuando su compañero Rio Ferdinand fue excluido de la selección por saltarse con control antidopaje rutinario. Encabezados por Gary Neville, directamente secundado por Beckham, los internacionales ingleses amenazaron con un plante que puso en riesgo la disputa del decisivo partido contra Turquía para la clasificación para la Eurocopa 2004 de Portugal. Finalmente, Rio Ferdinand aplacó la rebelión.
A pesar de estas muestras de apoyo, Beckham no es demasiado optimista en lo que a su vuelta a las convocatorias se refiere. Ya son muchas las veces que se ha quedado fuera, aunque las lesiones de otros compañeros parecían favorecer su regreso. Así ocurrió en la última lista, cuando Capello prefirió, antes que contar con él, llamar a Miñambres (tres años sin jugar) y convocar de urgencia al joven Nieto, que ya estaba concentrado con el Castilla en Alicante. No obstante, en la conferencia de prensa anterior al partido contra el Levante, el entrenador admitió que había dudado si convocar al futbolista inglés, pero que a última hora se había decidido por dejarlo fuera del choque.
Adiós. De momento, Beckham se entrena con normalidad a la espera de una oportunidad y recibe muestras de afecto por parte de la plantilla y los aficionados. Nadie comprende que haya sido castigado por anunciar su destino en fechas en las que ya estaba autorizado a negociar. Mientras, el sueño del futbolista no cambia: despedirse del Bernabéu como merece.
