Iniesta da aire a Luis

Amistoso | Inglaterra 0 - España 1

Iniesta da aire a Luis

Iniesta da aire a Luis

Reuters

Un gran gol de Iniesta en la segunda mitad recompensó el mejor juego español, que sólo pasó apuros al principio de cada una de los períodos

España debutaba en Old Trafford, y cualquier encuentro en el ‘Teatro de los sueños’ es especial. Desde casa, gran parte de los españoles se acomodaban en el sofá, con las máximas ilusiones de siempre, pero con una sensación inherente a nuestra naturaleza que nos hacía pensar que veríamos otro batacazo del conjunto de Luis Aragonés. Si dejábamos el corazón a un lado, la mayoría diríamos que el onírico estadio del Manchester se convertiría en una pesadilla para la Selección.

El comienzo inglés fue trepidante. Tres ocasiones antes de que se cumplieran los dos primeros minutos de juego. La banda derecha era el lugar desde donde llegaba casi todo el peligro, con un Wright-Phillips que no da una en el Chelsea, pero que esta noche tuvo un comienzo sensacional. Casillas estaba ya bajo aviso.

El ritmo del partido no decayó (los ingleses no daban opción a ello), y España le fue cogiendo el pulso al encuentro. Poco a poco, el medio del campo, plagado de valencianistas, se fue asentando. Muy pronto se vio que si España se decidía a tener el balón, el esfuerzo y la garra de los ‘pross’ caería en saco roto. La primera respuesta al comienzo inglés llegó en un tiro de Villa, desviado por poco. El partido estaba precioso. Y era España quien desarrollaba un mejor juego. Cumplido el primer cuarto de hora, Morientes tuvo la el gol tras una gran jugada de conjunto, pero el estado del terreno de juego (ni mucho menos de ensueño) evitó que Foster encajara su primer tanto como internacional.

A partir de la media hora el juego decayó, en gran parte porque era imposible que Inglaterra mantuviera el nivel de presión que había llevado a cabo hasta el momento. La posesión nos pertenecía, pero era un dominio inocuo. El primer lanzamiento a puerta en muchos minutos fue de Angulo, claro síntoma de lo que era el juego español, carente de profundidad por la izquierda, donde Silva no conseguía entrar en el encuentro.

A estas alturas de partido, el ataque inglés dependía casi por completo de Peter Crouch, al que por el momento le faltaba un punto de precisión. Los de McClaren echaban de menos la aportación de Lampard, muy vigilado, y el arsenal que se encontraba en la banda derecha era parado en seco por Capdevila, que realizaba un gran partido. Así las cosas, Gerrard era el mejor aliado del gigantón inglés. Los del Liverpool hilaron una buena jugada que terminó con un remate de Crouch que se marchó desviado. El peligro inglés se limitaba a eso.

Iniesta se estrena

El comienzo de la segunda parte fue casi idéntico al de la primera, con la excepción de un pase de Torres (recién incorporado) que a punto estuvo de conectar con Villa. Lo que siguió a continuación fue un calco. Incluso Wright-Phillips, que había pasado inadvertido los últimos 43 minutos del primer tiempo, volvía a ser el hombre que creaba más peligro. Suya fue la primera ocasión clara, que desvió muy oportuno Pablo. A los locales, si seguimos el patrón de la primera mitad, les quedaba otra oportunidad, y en efecto, llegó en las botas de Barry, pero su lanzamiento se fue desviado. La presión inglesa volvía a ser agobiante, más aún cuando comprobamos que Javi Navarro había saltado al campo con demasiados nervios, y que Ángel no contenía la banda izquierda del mismo modo que Ramos.

Aún así, España, sin el control del balón de los primeros 45 minutos, consiguió estirarse y dar un primer aviso serio con un tiro lejano de Villa que despejó Foster con problemas. Los ingleses, tras verle las orejas al lobo, se preocuparon un poco más de resguardar la zaga, y el encuentro dio un respiro a Casillas. Había pasado lo peor.

España volvía a tomar poco a poco el control del encuentro y, de forma inesperada, su aguante y ganas de jugar obtuvieron una gran recompensa. Tras una pérdida inglesa, el balón llega a Villa que la pone desde la izquierda, el balón llega a Iniesta que, tras un intento fallido de Torres, engancha un remate soberbio ante el que nada puede hacer el cancerbero británico. El manchego hizo gala, y de que manera, de lo que más se le achaca, la falta de pegada.

A partir de ese instante, y con la variedad de opciones que daba la posibilidad de realizar seis cambios, Aragonés reforzó la media para asegurar la posesión, demasiado promiscua después de la reanudación. La fórmula no resultó del todo, aunque entraba dentro de los planes que la presión inglesa no iba a dar ni un segundo de descanso. Aún así España conseguía mantener la situación bajo relativo dominio, y aún quedaba la opción de Torres en ataque, aunque de momento no había estado demasiado afortunado.

El acoso no cesó en ningún instante, pero la falta de precisión en los últimos metros, ya sin Lampard ni Gerrard, terminó por sepultar las esperanzas inglesas. España había conseguido una importante victoria (al menos en el terreno anímico) gracias a un juego sólido y el atrevimiento del planteamiento inicial. Esperemos que la idea se mantenga para los encuentros realmente importantes.