La expedición del Barcelona sufrió un golpe durísimo al aterrizar en Galicia: recibió la noticia de que el padre del capitán blaugrana, Carles Puyol, había fallecido en un accidente laboral al volcar la máquina retroexcavadora que conducía, durante unas tareas de mantenimiento de una carretera en el municipio de Sarroca de Bellera (Lleida). El defensa regresó de inmediato a Barcelona, en compañía del directivo Albert Perrín y de Ramon Pujol, uno de los responsables de protocolo del Barça.

Según informaron fuentes de los Bombers de la Generalitat de Catalunya, Josep Puyol, de 56 años, falleció sobre las cinco de la tarde. Las causas del accidente con la máquina que utilizaba no se conocían al cierre de esta edición. Sólo se sabía que el padre del jugador del Barça hacía trabajos de adecuación de un camino situado en la zona conocida como Prat d'Or, seguramente para acondicionarlo ante la llegada de los primeros fríos a la comarca.

Hasta el lugar llegaron un helicóptero medicalizado y otro del Departamento de Interior con personal del Grupo de Ayuda de Actuaciones Especiales de los Bombers de la Generalitat. La zona donde se produjo el accidente es de difícil acceso, lo que obligó la participación en el rescate del cuerpo de seis vehículos terrestres de los bomberos.

Carles Puyol solicitó, a través de fuentes del club, que se respete la intimidad de la familia ante una noticia que el entrenador, Frank Rijkaard, calificó de "terrible".

Mucho silencio.

La conferencia de prensa que el holandés ofreció en el hotel donde la expedición se hospeda en A Coruña estuvo marcada por la luctuosa noticia. "Noticias como ésta te dejan sin palabras. Le deseo mucha fuerza a nuestro capitán y a su familia", dijo Rijkaard. "El vestuario está muy triste. Han sido momentos de silencio, de mucho respeto, y con todos los pensamientos dirigidos hacia Carles", añadió.

Rijkaard concluyó diciendo que la desgracia está por encima de lo que pueda pasar esta noche: "No hay que mezclar el deporte con lo que sucedió. No importa la reacción del equipo, porque lo más importante es que nos han dado una mala noticia. Ningún resultado del mundo puede cambiar nuestro sentimiento ahora mismo".

Puyol fue recibido en Barcelona por su novia, Agnès, y su agente, Ramon Sostres, además de por el presidente del Barça, Joan Laporta. Desde allí se dirigió a su lugar de nacimiento, La Pobla de Segur, para estar con los suyos.

Un payés que no vio un partido en el Camp Nou

Josep Puyol, de 56 años, no era un hombre ligado al fútbol más que por ser el padre de un jugador del Barça. Lo suyo era el campo, los paisajes recios de la comarca del Pallars Jussà, donde transcurrió toda su vida.

Tan alejado estaba de la actividad de su hijo, a quien sus amigos de la infancia siguen llamando Litos, que no había presenciado ningún partido en el Camp Nou hasta ahora. La única excepción, después de un trabajo de gran insistencia por parte del agente del jugador, Ramon Sostres, la hizo la pasada primavera, cuando accedió a viajar con su esposa, Rosa, a París. Allí sí que vibró con el Barça y con su hijo, cuando asistió en directo a la final de la Champions League que coronó al Barça y a Puyol como campeón de Europa.

El Barça lucirá hoy crespones negros en memoria de Josep Puyol y el Depor pedirá un minuto de silencio. Será el homenaje a un hombre que hizo de la humildad su modo de vida y que supo transmitir a su hijo los valores del esfuerzo y el trabajo que son la base de su fútbol.