Golito de Nolito

Copa del Rey | Écija 1 - Real Madrid 1

Golito de Nolito

Golito de Nolito

Fiesta en Écija. Empate decepcionante para los suplentes de los verdugos del Barça. La Copa es así. No hay ricos ni pobres. Todo se iguala. Y más en un campo lleno de agua, barro y la ilusión desbordada de los 'hijos' del gran Gordillo.

Vuelta a la Tierra. Bienvenidos al Plan B. Bucarest y el Barça ya han pasado página. Bellísimas y magníficamente escritas, pero sometidas a la cruel fecha de caducidad que impone el frenético calendario del fútbol de élite. Anoche tocaban Écija, pueblo precioso y epicentro en verano de la famosa sartén de Andalucía, la Copa de Villar (este disparatado formato de competición sólo se le puede ocurrir a él) y los suplentes de Capello arropados por dos galácticos en activo (Beckham y Ronaldo), un satélite decadente de la Galaxia (Cassano) y dos fichajes de la era calderoniana (Reyes y Diarra). Enfrente, un equipo que es el orgullo de Gordillo City, capaz de obtener un empate que a mí me obliga a ser, por primera vez en mi vida, prudente. El próximo 8 de noviembre el madridismo deberá tomarse en serio el asunto. Estos astigitanos son bravos y dignos pupilos de ese Rafa imperial que surcaba la banda izquierda del Bernabéu con las medias bajadas y la velocidad de un gamo. Ojo. No me fío...

Curro Jiménez. Nos contaba ayer el colega Gabriel Galán que por esta tierra tuvo su esplendor el bandolerismo andaluz con la banda de Los Siete Niños, entre los que me quedo, por supuesto, con El Tragabuches, apodo que podría venirle al dedo a Cassano, que ha recuperado su figura (o sea, sobrepeso) pero que supo poner su sello ratonero para evitar que algunos hubieran rescatado los temidos fantasmas de Getafe. Pero vuelvo a los bandolerillos de la Ciudad del Sol. Tomen la matrícula de Nolito. Supongo que viene de Manolito. El goleador inesperado del Water-ecija fue capaz de mancillar el honor de la portería de un agilísimo Diego López, virgen hasta un remate certero y endemoniado de Ruud Nolito. Salvó la taquilla del 8-N y ha disparado la ilusión de un pueblo entero. Por eso la Copa mola. Nada es previsible y los humildes tienen derecho a comer con cubertería de plata. Les recuerdo que el Nástic casi chafa al Madrid el Centenario y que no hace tanto el Recreativo jugó la final ante el Mallorca de Etoo. Mis amigos de la Peña Abarán (Murcia) me envían una llamada de socorro: ¡Hay que llenar el Bernabéu para evitar la afrenta!

Ronie, vuelve. Ya sé que el agua acumulada (bendita para esta tierra de perenne secano), los charcos, el barrillo y el césped pelado obligan a hacer un examen menos exigente de lo acontecido en San Pablo Stadium. Pero me veo forzado a celebrar, a pesar de no ser su noche, el regreso a la titularidad de Ronaldo. Yo no me bajo aún de su generosa grupa. Conste que el prado no alimentaba sus controles y galopadas. Pero le vi irse un par de veces y armar dos disparos envenenados. Y una asombrosa asistencia de pecho (el balón salió propulsado como si lo hubiese golpeado con la cabeza) que Diarra estropeó torpemente en el último aliento de la copera velada.

Buena cocina. Écija, pueblo de blancas paredes y corazón madridista, dormirá feliz por la honestidad de los suyos. Pero el Madrid ya tiene la llave para prolongar la leyenda que tras el clásico se lee en los vestuarios de Chamartín: "Queda declarado el estado de felicidad". Dice Capello que sus chicos deben irse de cena (y lo que se tercie) dos días antes de los partidos, como hacía su Madrid triunfal de Suker y Mijatovic. A cambio, curro y mucho compromiso. La prueba: ayer por la mañana se machacaron en Valdebebas Casillas, Raúl, Cannavaro, Emerson, Van Nistelrooy, Guti y Roberto Carlos. No hay tregua...