Italia, favorita pero poco en la final de la Juventus

Es la revancha de las esencias de la Juventus, histórico metido en líos. Seis de los 22 titulares de la final visten de bianconeri (Buffon, Zambrotta, Cannavaro, Camoranesi, Thuram y Vieira), dos más estarán en el banquillo, Del Piero y Trezeguet, y enfrente Zidane, uno de los pocos futbolistas que fue capaz de encender el frío estadio Delle Alpi. Juegan Italia y Francia, pero es también el partido de la Juve, el equipo del campeonato.

Estamos, sin duda, ante un guiño del espíritu de los Boniperti, Charles, Zoff, Bettega, Tardelli, Platini, Laudrup, Scirea, Sívori y compañía, que se rebela ante la situación por la que atraviesa el club, por mor del caso Moggi. Juve desairada, Juve rehabilitada. Y quizá por ser más en la cuenta titular, el pronóstico está ligeramente del lado de Buffon, llamado El Magno, como Alejandro, y compañía. Italia parece algo más fuerte para la mayoría de analistas, que coinciden en que se enfrentan dos equipos, pero el italiano es mejor, más hecho, más táctico. Matthäus, por ejemplo, sostiene que la diferencia en el fútbol de hoy está en la táctica y en la capacidad de los futbolistas de aplicarla. Pocos le discuten. Italia sale en la pole y podría ser inalcanzable si se adelanta en el marcador, factor éste que podemos considerar como clave para el desarrollo de los acontecimientos.

Fortaleza. No es descabellada la teoría de que ambos equipos empatan en fortaleza defensiva (Wenger no la comparte, por cierto), pero la azzurra tiene más donde elegir en ataque. Lippi y Domenech jugarán con un solo punta, Toni vs Henry, éste más peligroso que todos los delanteros italianos juntos. Pero a la hora de abastecer y llegar, Pirlo y Totti más los laterales (Zambrotta, mejor 2 del torneo, y el excelente Grosso) ofrecen mayor confianza que Zidane y sus escuderos a la hora de crear fútbol. Incluso el corazón del equipo italiano, Gattuso, está por encima de Makelele. En esa zona, los juventinos se darían con un canto en los dientes si Vieira tuviera pasaporte italiano. El gran torneo del francés es una de las bazas de su equipo, que ha llegado a la final por el camino más duro. Francia se las vio con España, Brasil y Portugal en los cruces, mientras que su rival calentó motores ante Australia y Ucrania, y sólo debió dar el do de pecho ante Alemania, en su mejor partido en mucho tiempo.

A título individual, el futbolista de la noche berlinesa es Zidane. Hoy sí se retira el último jugador 10 que ha dado Europa, en la camiseta y en el boletín de notas. ¿Será capaz Zizou de retirarse ganando su segundo título o habrá sonado la hora de Totti y Pirlo? No es caprichoso hablar de Zidane en solitario y de dos italianos como su alter ego hoy. Gane o pierda, el Rey de Europa se retira sin sucesor. Es una de las grandes enseñanzas de este Mundial: la final es europea, pero el Viejo Continente no ha sido capaz de dar con el Príncipe que recoja la corona de Su Majestad el Monsieur. En realidad, ni Europa ni el mundo. Esta noche tendremos campeón y diremos que ganó un equipo, una idea. Zidane esperará por fin en el Olimpo que Suráfrica 2010 dé con su sucesor. ¡Qué Dios reparta suerte!