Wayne Rooney se enfadó cuando le sustituyeron en el partido ante Suecia. Como lo único sutil que tiene el delantero del Manchester United es su fútbol, su salida del campo fue acompañada por un rosario de gestos feísimos: mala cara, patada al aire, manotazo al banquillo... "Podía haber jugado más tiempo. Mi forma física nunca ha sido un problema. Yo me sentía realmente bien", sentenció Rooney.

Eriksson, con una sonrisa nerviosa al final del encuentro, afirmó que no le preocupa en absoluto el comportamiento de Rooney. A este hombre la de todo igual: la lesión de Owen, la indisciplina de Rooney El sueco le preguntó al delantero las razones de su enfado y Rooney le dijo que se había enfadado consigo mismo por haber jugado tan mal la segunda parte. Lo cierto es que Inglaterra duró lo que duró su delantero que se sintió fundido al poco de empezar el segundo tiempo. Pero también es verdad que no es el único jugador que se ha mostrado insatisfecho con la suplencia: también Gerrard reaccionó, esta vez en privado, con ira, cuando supo que iba a descansar contra Suecia.

Rooney fue titular el martes por primera vez desde que cayera lesionado el 29 de abril y le hubiera gustado jugar más. "Disfruté en el campo. No lo hicimos mal en la primera parte, pero nos relajamos en la segunda. No marcar con la selección en partido oficial desde hace dos años no es un problema. Los goles caerán" comentó el delantero.

Dijo que no iba contra nadie

Las imágenes no engañan. Cuando Rooney fue sustituido por Eriksson, estrechó la mano del técnico sueco pero sin mirarle a la cara. Después dio un puñetazo al banquillo, lanzó una patada al aire y se quitó las botas. El delantero del United dijo que estaba enfadado consigo mismo, pero la impresión que dio no fue precisamente esa.