Aunque un empate serviría, Inglaterra quiere vencer a Suecia por primera vez en 38 años para acallar críticas, ser primera de grupo, tener más tiempo para descansar y, principalmente, no enfrentarse a Alemania en la siguiente ronda. Sin embargo Sven Goran Eriksson ya ha advertido que habrá cambios en el equipo titular y dejará en el banquillo a Peter Crouch y Steven Gerrard, ambos con una tarjeta amarilla, y posiblemente a Lampard, por esta misa cuestión. El sueco empezará con Michael Owen, el más criticado de los jugadores ingleses, y Wayne Rooney en ataque. El delantero del Manchester United ya jugó 33 minutos contra Trinidad y Tobago y su aparición cambió el anodino juego inglés. "Está claro que somos mejores con Rooney", admite Eriksson. "Nadie como él puede hacer de mediapunta y necesitamos más calidad en el pase a nuestros delanteros".

La situación de Owen no es agradable. El jugador se considera a sí mismo uno de los mejores del mundo, pero el país entero lo duda. Mientras recobra su estado de forma, el delantero del Newcastle asegura que no está a punto de sufrir un "ataque de pánico". Fue sustituido tras menos de una hora en los dos primeros encuentros y no ha marcado aún, pero no le preocupa: "Yo no tengo ningún problema con lo que está pasando. He marcado en Mundiales anteriormente y creo en mis posibilidades. No creo que esté jugando mal, todavía no me tropiezo con el balón cada vez que me llega, ¿verdad?