El futbolista del Real Madrid Raúl Bravo ha sido condenado a pagar una multa de 500 euros por una falta de respeto a agente de la autoridad por insultar a dos policías locales de Sevilla cuando la grúa se llevaba el coche con el que el jugador se había desplazado a un céntrico bar sevillano.
Según el informe de la policía local, Raúl Bravo intentó evitar que se llevaran el vehículo con una "actitud agresiva y chulesca", les dijo frases como "estáis para dar por culo", y se refirió a la posible multa diciendo "tengo para pagar lo que me pongan y mucho más" porque "en el Real Madrid gano cien veces más", entre otros comentarios.
Fuentes de la acusación particular dijeron a EFE que la sentencia del juzgado de instrucción 17 de Sevilla ha acogido sus tesis y las del fiscal y ha impuesto al futbolista una multa de diez días con una cuota diaria de 50 euros, lo que equivale a 500 euros, por una falta de respeto a agentes de la autoridad. En el juicio, el futbolista negó haber insultado a los agentes y manifestó que sólo pretendía evitar que la grúa se llevara el coche y pagar allí mismo el importe, con objeto de no quedarse sin medio de transporte.
Bravo dijo a la juez que le llamó la atención que en la misma calle había otros coches mal aparcados pero la grúa pretendía retirar "el más llamativo y bonito", y añadió que sólo quiso "dialogar dentro de la educación". Según su testimonio, no le gusta "hacer ostentación" y "en ningún momento" mencionó "el tema del dinero".
Carlos Reina Aranda -ex jugador del Sevilla FC ahora adscrito al Albacete- ratificó en su declaración como testigo la versión de Bravo y aseguró a la juez que "nunca se dijo y nunca se dirían" los insultos denunciados por los policías. Pese a ello, la sentencia da más credibilidad a la versión de los cuatro agentes de la Policía Local que testificaron, los dos que actuaron con la grúa y otros dos que acudieron en su apoyo.
La acusación particular que ejercieron los agentes también pidió una multa de 500 euros y su letrado aseguró que, además de estar mal estacionado, el coche carecía de seguro, por lo que la Policía no tuvo más remedio que actuar para evitar que siguiese circulando.