John Motson, uno de los comentaristas estrella de la BBC, lo tenía claro antes de empezar la prórroga: "Es la mejor final de la Cup de la historia". Y no le faltaba razón. El Liverpool, el Spanish Liverpool de Benítez, ganó la Copa inglesa después de un thriller disfrazado de partido de fútbol en el que Gerrard y Reina se vistieron de héroes, aunque el segundo estuvo a punto de convertirse en Lex Luthor. Dos errores garrafales del meta español pusieron al Pool al borde del abismo, aunque en la tanda, al detener tres penaltis, se convirtió en el Capitán España.

La película pudo titularse Estambul 2ª parte. El Liverpool comenzó nerviosísimo y en dos errores defensivos impropios del equipo, de Carragher y Reina, se vio con dos goles de desventaja a los 28 minutos. Entonces apareció Gerrard, le metió un sensacional pase a Cissé y metió a su equipo en el partido.

La segunda parte fue una locura, Reina con chaleco antibalas sacando disparos a quemarropa. Y Gerrard espectacular, poniendo el 2-2 con una enorme volea y el 3-3 (antes había marcado Koncheski tras fallo del meta español) con otro disparo no ya enorme, sino imperial, desde 26 metros y en el minuto 91.

Tras una prórroga dantesca, con Finnan, Carragher, Sissoko, Gerrard y Cissé convertidos en bultos en pantalón corto, inmóviles por culpa de los calambres (aunque el West Ham tampoco se libró de ellos), se llegó a la tanda de penaltis. Y Reina decidió que ya era hora de mostrar su versión más heróica: tres penaltis atajados y el Liverpool que se lleva la Cup a casa. 3-1 en la tanda, séptima Cup en una sala de trofeos que Rafa Benítez se ha empeñado en desbordar. El Spanish Liverpool cabalga.