Uno tiene debilidad por Raúl Tamudo, máximo exponente del futbolista de verdad en este tiempo en que casi todo es diseño, la mayoría ful. Cualquiera que conozca su historia compartirá ese sentimiento. Tamudo, del fútbol-barro en Santa Coloma (¡cuánto bético bueno en Santa Coloma!) a la gloria; el tipo hecho a sí mismo químicamente puro.

Tamudo es el ídolo del españolismo y si jugara en el Betis, la calle Betis haría tiempo que se llamaría calle Betis-Tamudo por la Gracia de Dios; no sé si cabría en una placa, da igual, le pondrían dos. Y sí: si uno fuera Luis lo llevaría al Mundial, aunque fuera de tercer portero: por tenerlo. Decía Cappa sobre Raúl, el otro, que es el amigo que tiene siempre un millón de pelas para socorrerte; Tamudo tiene dos.

De los de arriba, para la Selección digo, sólo tiene lugar fijo el Guaje Villa, que goles son amores. Luego están Torres, Raúl-el otro, y tal. A Tamudo hay que llevarlo porque es de los pocos jugadores españoles capaces de cambiar el rumbo de un partido y hasta de ganarlo, él solo.

Lo ha hecho montones de veces, la última la noche de la Copa, y lo hizo ayer. Falló un penalti, provocó otro más la expulsión de Contreras, volvió a fallarlo, pero cazó el rechace de Doblas y marcó de cabeza, salpimentado todo con una pelea generosa y un final apoteósico: cuando acabado todo agarró la Copa y se la ofreció a su gente; aplaudieron hasta los béticos.

Unos béticos que acudieron a apoyar a sus jugadores, que buscaban un triunfo que les asegurara la permanencia. Se pueden lamentar porque suerte lo que se dice suerte, no tuvo su equipo. De acuerdo que nunca mandó en el juego, vale que peligro, lo que se dice peligro, lo creó con 2-0 en contra. Pero Assunçao tiró dos veces al larguero, Rivas cabeceó y Gorka le puso una mano mágica a ea pelota que se colaba y lo de Contreras fue el colmo de la desgracia: tras hacerse con el balón lo perdió ante Tamudo al que le pareció tan fácil robarla como llevársele el bolso a una borracha. Manotazo de Contreras, caída de Tamudo, penalti y expulsión. 2-0 y casi todo acabado porque, ya digo faltaba el show Assunçao que consiguió lo que casi siempre; que el portero se retiraba del campo asustao.

De la Peña jugó mejor que Rivera, Luis tuvo más afán que Joaquín, el Espanyol fue más que el Betis en casi todo para cerrar un día redondo. Para casi todos.