El Espanyol no supo mantener su ventaja

Copa de la UEFA | Schalke 2 - Espanyol 1

El Espanyol no supo mantener su ventaja

El Espanyol no supo mantener su ventaja

REUTERS

El Espanyol estuvo a punto de obtener en Gelsenkirchen una victoria de mérito ante un Schalke 04 muy entusiasta que apretó los dientes durante los 90 minutos, pero desperdició la ventaja que había logrado en la primera parte y cayó derrotado con un resultado (2-1) que le concede esperanzas de superar la eliminatoria en Montjuïc.

El equipo catalán demostró que puede pasearse por Europa con la cabeza alta, pero le perdió la indolencia. Le faltó la pizca de atrevimiento que demanda una competición como la UEFA, porque no supo mantener su ventaja y tampoco sacó partido de sus mejores minutos, al comienzo de la segunda parte, precisamente cuando el Schalke obtuvo el empate.

Temeroso, el Espanyol cedió terreno desde el pitido inicial. Su alineación ya fue una declaración de intenciones, porque Miguel Angel Lotina recuperó su viejo sistema de cinco defensas para abrigarse bien, en previsión de un temporal de juego alemán.

Quizá por el nombre del rival o por su último resultado (7-4 ante el Bayer Leverkusen), el Espanyol empezó el choque con ciertos complejos. Ni tuvo el balón ni pareció quererlo. Atacó con timidez y disputó los balones divididos sin demasiada fe, confiando siempre en su red defensiva y en la inspiración de su portero Gorka como garantías de supervivencia.

Y no tardó en responder el guardameta. En su empeño de revelarse como titular del equipo por delante del camerunés Carlos Kameni, el navarro frenó con acierto los intentos del Schalke.

Con un fútbol directo y muy físico, aupado por un público que parece multiplicarse en su estadio cubierto, el Schalke trazó en los tres cuartos del Espanyol la línea decisiva del partido. Ahí apareció el brasileño Lincoln para buscar huecos entre la defensa del Espanyol. Encontró uno en el minuto diez. Regaló un balón a Bajramovic a la espalda de los centrales, pero su compañero se topó con Gorka, vencedor del mano a mano y desde entonces, infranqueable.

También lo intentó Larsen en un remate potente pero demasiado alto, Kuranyi al lanzarse en plancha para conectar de cabeza, Boenisch desde 40 metros, pero Gorka cerró su meta con una solvencia irreprochable.

No ofrecía demasiados argumentos ofensivos el Espanyol. Pero dispone de jugadores bulliciosos, con ganas de crecer y poco dados a arrugarse en situaciones exigentes. Uno de ellos es Luis García. Siempre activo, el delantero supo controlar con la espuela un balón que Ito había enviado hacia la espalda de los centrales, regateó con facilidad a Rost y cuando parecía que ya se había escorado demasiado hacia la derecha, logró enviar el balón a la red. La jugada exigía exactamente esos movimientos, y Luis García los ejecutó con pulcritud para firmar un gran gol.

Gracias a la seguridad de Gorka y al enorme impulso que supuso el gol de Luis García, el Espanyol se entonó. Alcanzó el descanso con comodidad y ya en la reanudación, supo mover la pelota con criterio. Ganó metros y pudo incluso sentenciar el partido y casi la eliminatoria en una caída de Zabaleta en el área del Schalke. El argentino ganó un balón dividido y Krstajic le derribó con claridad, pero el colegiado italiano miró para otro lado.

Invicto en casa

No se descompuso el Espanyol pese a la oportunidad perdida. Más bien al contrario: ganó en confianza y disfrutó de sus mejores minutos del choque ante un Schalke desconcertado. Tanto mejoró el Espanyol que el bloque alemán pareció quedarse sin recursos. Pero el Schalke aún no ha perdido en su estadio esta temporada y se resistió a hacerlo ante el Espanyol.

Así que, a falta de juego, recurrió al empuje y al balón parado. Y en una falta lateral botada por Lincoln obtuvo el empate: Bordon ganó en el salto a Pandiani, poco acostumbrado a defender ese tipo de balones, y superó a Gorka.

Con media hora por delante, el Espanyol se conformó con el empate. Saltó al campo De la Peña, pero el equipo volvió a recular, sacando a relucir su imagen más conservadora. Quiso hacerse fuerte en su área y probar suerte en el contragolpe, pero corrió demasiados riesgos, tantos que al final acabó encajando un gol que premió la ambición del Schalke.

Desde el borde del área, Ernst enganchó un buen balón que sorprendió a Gorka. Tapado, el portero navarro se vio incapaz de impedir el 2-1. Tuvo incluso Pandiani la oportunidad de cerrar el partido con el 2-2, pero erró una ocasión clarísima, solo delante del meta alemán.