Messi y Teixeira deciden

Primera | Barcelona 2 - Athletic 1

Messi y Teixeira deciden

Messi y Teixeira deciden

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El árbitro decantó el partido y el argentino sentenció.

El Barcelona se salió con la suya, sumó su 17ª victoria consecutiva y cerró la mejor primera vuelta desde que la Liga está integrada por 20 equipos. Su víctima de turno fue el Athletic Club, histórico en tiempos difíciles, penúltimo en la tabla con los mismos puntos que el Alavés. Los victimarios se llaman Lionel Messi, autor de un buen partido y del segundo gol, y Fernando Teixeira, que perpetró el enésimo expolio arbitral para favorecer al indiscutible líder del campeonato.

Lo más triste para el Barça es que no necesita de estas ayudas para vencer, por lo que acaba por ver deslucida su marcha triunfal precisamente como consecuencia de esos demasiado frecuentes errores de los árbitros.

La primera sorpresa fue para el Barça, que ni en su peor pesadilla se imaginó por detrás en el marcador. Pero resultó que sí, que el Athletic no sólo tuvo las mejores ocasiones de gol en la primera parte, sino que encontró la portería de Víctor al cuarto de hora, cuando Llorente madrugó a Edmilson y cabeceó un centro de Yeste, tras el saque de un gilicórner.

Si el encuentro había amenazado con convertirse en una partida de frontón, con el Barça rebotando una y otra vez ante la muralla vasca (Murillo, Lacruz, Prieto, Amorebieta y Expósito, más Orbaiz y Gurpegi por delante), con el 0-1 se hizo más evidente la incapacidad de Ronaldinho, Deco, Etoo y Messi por encontrar el camino hacia Lafuente. Para colmo, cada vez que Etxeberria encaraba a Gio le hacía un traje, por lo que sobre la media hora Rijkaard le dijo a su paisano que se fuera arriba sin mirar por el retrovisor; total, de perdidos, al río.

Siguió el Barça sin crear casi nada de peligro, un disparo de Etoo que paró Lafuente y otro que se le fue alto. Se echaba de menos la profundidad de Sylvinho y un aclarado del juego de Iniesta.

Entonces entró en escena el arbitraje. Un centro desde la izquierda dio en el brazo de Amorebieta, sin aparente intención del central bilbaino por despejarlo, y el asistente avisó al árbitro. Teixeira Vitienes no dudó: pitó primero y luego consultó. Penalti, dijo. Tiró Ronaldinho y fue 1-1.

La segunda parte premió el buen fútbol de Messi, castigó la estúpida agresión de Deco (que pagará cara el equipo) y al Athletic, por no haber intentado algo más. Porque puede hacer m quedó demostrado. Pero no con el Barça y los árbitros.