La contundente derrota sufrida en el Santiago Bernabéu por el Athletic repercutió en los planes de la expedición rojiblanca a su llegada a Lezama. Sobre la marcha, y sin previo aviso, Javier Clemente decidió cambiar el diseño del entrenamiento. El Rubio impidió a la prensa que se internase en el pabellón cubierto una vez que, en pleno vestuario, ofreciese a sus jugadores una charla técnica y motivadora de casi tres cuartos de hora. Eso sí, no pudo evitar que la afición vea reflejado gráficamente el pobre espíritu del equipo.

Las caras de los futbolistas al descender del autobús en el aparcamiento de la factoría rojiblanca eran todo un poema. Con semblante serio, como invitaba la ocasión tras el varapalo copero y la triste imagen destilada en Madrid, los jugadores fueron apeándose del autocar sin ganas de bromas. Una vez recogidas sus pertenencias, se internaron en los vestuarios. Se quitaron los trajes y, ya vestidos de corto, el técnico les inculcó que hay que hacer borrón y cuenta nueva y centrarse en la Liga sin más lamentaciones.

Andoni Iraola, uno de las voces más acreditadas en la plantilla, lo desvelaba después. "No era el momento de recordar los errores. Nos ha comentado que ahora toca la Liga y nos tenemos que centrar en ella". Una vez más, Clemente quiso proteger a sus hombres de las miradas externas bajo su paraguas.