La Bestia se dejó los goles en Sevilla

Primera | Real Madrid

La Bestia se dejó los goles en Sevilla

La Bestia se dejó los goles en Sevilla

jesús aguilera

Julio Baptista aterrizó en el Bernabéu con un currículo envidiable: 50 goles en dos temporadas con el Sevilla (38 en Liga). Sin embargo, en cinco meses en el Real Madrid aún no ha conseguido ser la sombra de lo que fue. Ni se ha adaptado al equipo ni se acomoda al sistema.

Julio Baptista llegó en agosto al Real Madrid con el apodo de La bestia debido a su físico y sus fantásticos números de goleador que hicieron de él un ídolo en Sevilla, pero en los 13 partidos que ha disputado en Liga con el equipo blanco no ha estado a la altura de las expectativas. Las estadísticas le delatan: el brasileño ha pasado de hacer casi un gol cada dos partidos a conseguirlo cada siete.

Muchos achacan su rendimiento al hecho de que no juega en su posición, como segunda punta, pero ni por esas se salva. Baptista pierde cinco balones más por partido que en el equipo andaluz y también recupera menos que cuando estaba a las órdenes de Caparrós, y eso que ha jugado el 74% de los minutos que ha estado disponible.

Además, el madridista remata en menos ocasiones que en el Sevilla, ha disminuido el número de asistencias a sus compañeros, realiza muchas más faltas que antes, fruto de la descolocación unas veces y de la impotencia en otras, y sufre la mitad de ellas porque no encara a sus rivales, no pisa el área y apenas realiza alguna jugada individual.

Sin gol.

Desde que marcó su último tanto con el Sevilla, precisamente frente al Real Madrid en el antepenúltimo partido de Liga, cuando el equipo blanco se descolgó definitivamente del Barcelona, Baptista sólo ha conseguido dos dianas más. Fue ante el Celta en la segunda jornada y contra el Mallorca en la sexta. Desde entonces, el futbolista ha deambulado por el campo en varias demarcaciones y en ninguna de ellas ha conseguido parecerse a aquel jugador que en la capital andaluza hizo dos hat-tricks y deslumbró a toda Europa con aquel encuentro memorable frente al Racing, un 18 de abril de 2004, cuando consiguió cuatro de los cinco goles de su equipo.