¿Qué sensación tiene después de haber conocido a los jugadores en estos entrenamientos?

Estoy muy feliz, muy contento y orgulloso, fundamentalmente porque están trabajando de una manera excepcional. Nunca pensé que el equipo iba a entrar en una dinámica tan intensa y tan fuerte. La actitud es grandiosa, y este es el pilar más importante en estos momentos, que el equipo entienda que trabajando más durante la semana el domingo todo va a ser más fácil.

¿Qué le han transmitido los capitanes en las reuniones que han tenido en los últimos días?

Bueno, para lo sucesivo, es importante que sepan que quiero que se me respete. Todo lo que se haga de vestuario para adentro es sagrado. Esa es una máxima que hay que cumplir.

¿Pero se ha hecho una puesta en común de los problemas que existen?

Era nuestra obligación, sabiendo los objetivos del club. Entendemos cuál es nuestra responsabilidad. Pero quiero ser claro, las interioridades del vestuario son del vestuario.

¿Cree que los jugadores tienen confianza en usted?

Hombre, es que si los jugadores no la tuvieran, evidentemente, este barco va a durar muy poco. Yo sí le he dicho a los futbolistas que la clave del éxito no es ayer, sino hoy, el trabajo del día a día, la regularidad y la constancia. De nada vale trabajar cuatro días seguidos si cuando llega el momento importante, en un partido, no damos el máximo o no estamos unidos. Me siento feliz porque veo que hay una implicación enorme por parte de todos en hacer el equipo más grande. Yo les he dicho que aquí están los mejores del mundo. Nuestro sueño es ser el mejor equipo del mundo. Pero para eso hay que trabajar muy duro y ser constantes.

¿Tiene claro que su trabajo tiene un carácter provisional?

La provisionalidad del entrenador surge desde que se firma el contrato. Yo me voy a entregar a tope en cuanto a lo que pienso. No me preocupa lo que vaya a pasar mañana. Lo importante es que los protagonistas en este escenario son los jugadores y que ellos son los que tienen que manifestarse en el campo. El entrenador puede organizar y planificar, puede tener la idea de juego clara, pero la aplicación en el terreno de juego es importante y depende de ellos. Y si dentro de dos semanas Juan Ramón no está, me iré con la conciencia tranquila y daré gracias al Madrid por haber tenido esta oportunidad.

¿Ha estudiado ya al Málaga? ¿Le ha dado tiempo?

Estoy muy centrado en la plantilla, en tener una personalidad importante de juego. Juanjo Maqueda lleva toda la semana, junto con García Hernández, haciendo esa labor. Ellos me van a desmenuzar los detalles del adversario. El Málaga es un equipo que tiene mucho peligro.

En los entrenamientos está siendo usted mismo, dando voces en los entrenamientos. Esto no sentó bien en la época de Camacho. ¿Cambiaría usted su forma de ser si hubiera problema con esto?

Lo que sí cambiaría es de equipo si alguien manifiesta algo en este sentido. Soy como soy y voy a morir como soy. Mi forma de ser es la que Dios me ha dado, y los jugadores tienen que tener una interpretación razonable, la de la fe con la que se hacen las cosas. Si los jugadores entienden lo que yo siento, no habrá crispación. El problema es cuando llevamos esa parcela el egoísmo, a la comodidad, o la falta de profesionalidad. Entonces, sí habrá conflicto.

¿Tiene algún ex técnico del Madrid como referencia?

Del Bosque demostró ser un excelente entrenador y una excelente persona. Yo he trabajado en todas las categorías del fútbol español, pero no me puedo comparar con nadie porque no he hecho nada en el mundo del fútbol. Cada uno tiene su personalidad. Todos los técnicos somos diferentes.

¿Qué Madrid vamos a ver a partir de ahora?

El orden es una parcela fundamental para ser el mejor equipo del mundo. Si no estás organizado, no puedes mantener la personalidad en el juego.

¿Tiene la plantilla idónea para jugar como usted quiere? ¿Cree que el Madrid le va a preguntar a la hora de hacer los fichajes?

Yo estoy centrado en trabajar con el equipo. La política de fichajes es competencia de la dirección deportiva, y no tengo duda de que si yo siguiese, se me escucharía. Pero tengo que decir que yo me siento muy contento y satisfecho con la plantilla que tengo. Hay recursos más que sobrados para desarrollar mi idea de juego, siempre que se esté a la altura en el nivel individual.

¿Tiene claro el sistema que utilizará?

Un pintor, si es buen pintor, tiene que saber en todo momento qué cuadro pintar. Todos los cuadros son distintos. Aquí hay que adaptarse a todo y esa es mi voluntad.

¿Está Ronaldo para jugar?

Ha trabajado estos días con intensidad. Y cuando esto sucede aparece alguna pequeña molestia. Pero ya se encuentra reestablecido y va a estar en perfectas condiciones. Él sabe que tiene que comandar al Real Madrid.

¿Por qué ha entrenado hoy a puerta cerrada? ¿Piensa hacer esto un día a la semana?

Bueno, a mí me gusta mucho la tranquilidad. Hoy era una sesión muy importante para mí, por la personalidad del juego que quiero inculcar a los futbolistas. Había matices que trabajar y los jugadores han tenido una voluntad tremenda.

¿Es el momento para que la cantera dé la cara?

En este club la exigencia es máxima. Son mis jugadores (se refiere a la cantera) los que me han hecho grande, y han demostrado que hay mucho material del que tirar. Pero yo creo que son jóvenes y que tienen mucho que madurar. Yo los conozco perfectamente y en cuanto vea posibilidad de que tengan que arrimar el hombro, no tenga duda de que contaré con ellos.

¿Va a subir a Soldado al primer equipo?

Va a estar trabajando con nosotros. No es futbolista del primer equipo, sino del filial, y va a estar siempre que lo necesite. Creo que está capacitado, está más que demostrado, y necesita de confianza y de oportunidades.

¿Aparte de Soldado, va a trabajar con algún otro canterano más?

No soy adivino. Sólo puedo decirle que trabajaré con la gente que está abajo. La categoría en la que están les enriquece notablemente. Ahora hay una necesidad clara, que es Roberto Soldado.

¿Cree que Luxemburgo dejó bien al equipo?

No me gusta hablar del pasado. Pero tengo que decir que el equipo está en unas magníficas condiciones. Luxemburgo es un entrenador excepcional y ha hecho todo lo que ha podido y más. Le doy mis felicitaciones, pero en el fútbol, como me sucederá a mí y como le ha sucedido a él, el resultado es el que manda.

¿Nota ya un cambio?

Lo más importante es el Real Madrid, el éxito del equipo. Hay que hacer un equipo grande. Cada uno tiene que asumir el don que Dios le ha dado con humildad. Yo estoy muy ilusionado y creo en la profesionalidad y en el talento.

¿Le preocupa el resultado de Málaga?

A mí me gusta tener equilibrio y paz interior. Lo demás no me preocupa nada. Tengo una gran responsabilidad por el compromiso que tengo ante la afición. Me gustaría que disfrutase con nosotros y quiero que tengan claro que este equipo se va a matar. Ojalá seamos capaces de hacer el equipo mejor del mundo.

¿Aspira usted a convertirse en un nuevo Del Bosque?

No va a depender de mí. Desde que tuve una lesión craneal jugando al fútbol mi sueño es llegar a lo máximo como entrenador, estar en la élite. Llevo trabajando muchos años, compaginando entrenar con mi labor de funcionario. Me fui a Melilla a entrenar en Segunda B jugándome muchísimo, y gracias a Dios y a todos los jugadores que he tenido las cosas han salido bien. Si hace diez años me dicen que iba a estar en el Madrid no me lo hubiera creído. Pero el límite no lo voy a poner yo, ni los jugadores, sino Dios, porque es Él quien me ayuda a caminar y a conseguir este éxito. A quien tengo que glorificar es a Él porque me da la luz para poder seguir trabajando como creo que tengo que hacerlo.

En Atenas se rezó antes de salir a jugar el Padrenuestro

Cuando dirigía al filial, López Caro tenía por costumbre reunir en corro a sus jugadores antes de saltar al campo para que se rezara el Padrenuestro. No se rezaba en alto, sino que cada futbolista lo hacía interiormente, y era opcional. Ahora, Caro quiere trasladar la misma costumbre al vestuario de la primera plantilla. En Atenas, antes del partido ante el Olympiacos, se hizo, y como sucedía en el equipo filial, el rezo fue opcional. En Málaga y en los partidos sucesivos se repetirá la experiencia. Además de esto, el Castilla tenía un grito de guerra antes de saltar al campo: "¿Vamos a perder? ¡No! ¿Vamos a ganar? ¡Sí!". Después, los jugadores se conjuraban así: "¡Fuerza y honor!".