Como suele suceder con los mitos (de carne o de humo), la leyenda de Ronaldo crece cuando se ausenta. Y cuanto más se ausenta, más crece. Si juega, incluso en el Bernabéu (o especialmente allí), se expone a las críticas y los silbidos, y no le sirve como disculpa su fama de artillero implacable o sus fantásticos promedios goleadores. Es perezoso, decimos, incluso cosas peores. Sin embargo, si no está presente, ya tenemos servida la explicación de la derrota, del empate o de los problemas que hubo para marcar aunque finalmente se ganara el partido: faltaba Ronie.

Por eso, según se ha ido confirmando que jugaría contra el Barcelona, los pronosticadores han pasado de apostar por el triunfo azulgrana, opinión casi unánime hace quince días, a igualar el combate y a considerar por fin al Madrid como ligero favorito por una simple y contundente razón: jugará Ronaldo.

Y ese juicio, sin excesiva base porque el delantero saltará al campo después de haber completado sólo dos entrenamientos con el grupo desde que se lesionó el pasado 15 de octubre, ese juicio, digo, lo comparten sus rivales, que hablan del peligro de Ronaldo sin darse cuenta de que el elogio del asesino los convierte en medio víctimas.

Esta noche sabremos si el terror que provoca Ronaldo, unido a su enorme talento, compensa su falta de forma física, los pocos entrenamientos y el recuerdo de una lesión demasiado reciente a la que todavía no se ha puesto a prueba con guadañas enemigas. A su favor juega su fabulosa efectividad en los momentos trascendentes y también el enfado (que se traduce en concentración) provocado por las dudas de algunos sobre su recuperación y por las palabras de Etoo, que osó mentarle la nacionalización, cuestión delicada para quien es símbolo de Brasil: "Messi es igual de español que Ronaldo", dijo el camerunés. Y Ronie no tardó en contestar: "Cada uno tiene el recibimiento que se merece".

Y es que el recibimiento a Etoo ha sido otro de los asuntos controvertidos en los días previos al gran clásico, una polémica absurda porque el futbolista pidió extensas disculpas en su momento por su desafortunada rima para invitar a que el Madrid saludara al Barça campeón.

La reacción. Personalmente, creo que demostraría mucha elegancia el Bernabéu si, además de los pitos lógicos que se dedican al equipo rival, no reprochara nada especial al camerunés, que si no viste de blanco es más por un error del cuerpo técnico y directivo que por voluntad propia. En cualquier caso, el pique (real o inventado) nos ofrece un duelo magnífico entre los dos mejores delanteros del mundo, el que es y el que será.

El siguiente nombre del partido es Ronaldinho, próximo Balón de Oro, dudo que su sonrisa quepa en la portada de France Football, pero estoy seguro de que no hay otro futbolista más determinante en el mundo, pues su amenaza va mucho más allá del área contraria.

Por lo que se refiere a los respectivos equipos, todo parece indicar que en el Madrid Luxemburgo recuperará a Zidane, ausente desde el 23 de octubre. Eso supondría formar con cuatro atacantes vocacionales (Ronaldo, Robinho, Raúl y el francés) y dejaría algo desguarnecido el mediocampo, donde quedarían Pablo García y Beckham. El riesgo es tan evidente que no se puede descartar que Zizou se quede en el banquillo y provoque el siguiente movimiento de piezas: Sergio Ramos en el medio y Pavón en la defensa. Con esa fórmula, el Madrid ha sumado tres victorias seguidas (Betis, Rosenborg y Zaragoza).

De Sydney al campo. Nadie duda de la presencia de Pablo García, a pesar de que el uruguayo llegó ayer por la mañana procedente de Sydney y apenas correteó en el entrenamiento. La certeza sobre su concurso es casi absoluta después de que Guti sufriera una lesión en el entrenamiento que pareció rotura y se quedó en contractura.

Mientras, la plantilla del Barcelona explotaba ayer su inesperado papel de víctima y coreaba el nombre de Etoo en el avión, un modo un tanto infantil de invocar al héroe maldito y de espantar los miedos. Seguro que aún escuece el 4-2 de la pasada temporada.

El Barça jugará con el balón y el Madrid con el orgullo. Si sólo fuera fútbol no sería tan difícil hacer un pronóstico.

El palco del Bernabéu estará repleto de políticos

Habrá deportistas en el palco, como Rafa Nadal o Ángel Nieto, pero en el clásico los políticos serán mayoría. Asistirán Elena Salgado, Trinidad Jiménez, Rafael Simancas, Cándido Méndez, Arias Cañete, Eduardo Zaplana, José María Michavila, Pilar del Castillo, López Garrido, Rodrigo Rato, Fernando Moraleda, Enrique Múgica o Francisco Hernán (presidente del Tribunal Supremo). Mario Vargas Llosa es otro de los visitantes insignes.