Chispa, la primera mujer en categoría senior masculina

Fútbol femenino | La superliga

Chispa, la primera mujer en categoría senior masculina

Chispa, la primera mujer en categoría senior masculina

Virginia Jiménez debutó el sábado en Segunda Regional.

Virginia nunca imaginó la relevancia que tendría la ampliación del artículo 243 de la Federación Andaluza de Fútbol: "Podrán incluirse jugadoras en todas las categorías del fútbol masculino, pudiendo éstas actuar, al mismo tiempo, hasta en un 50% de los integrantes del mismo en el terreno de juego". Apenas mes y medio después de que saliese a la luz esta nueva ley, Igualeja, un pequeño pueblo de un millar de habitantes sumergido en la Serranía de Ronda, se convirtió en el epicentro del fútbol amateur. Sucedió el pasado sábado, en un partido de Segunda Regional frente al Villanueva de Algaidas. Virginia Jiménez Valiente dejó de lado, por un día, sus quehaceres en el campo, donde cada mañana muy temprano recolecta castañas, para calzarse las botas a partir de las cinco de la tarde. Para convertirse en la primera mujer en la historia que disputa un partido de fútbol con hombres en categoría senior.

Habilidosa, trabajadora, competitiva, alegre y sencilla. Así se define Chispa, como todo el mundo conoce a Virginia en su pueblo, una joven que en noviembre cumplirá 17 años y que, con 1'60 metros y 48 kilos (de Ilusión), ha decidido ser la primera en romper los moldes en un deporte monopolizado por el hombre. "Debutar me ha permitido hacer realidad un sueño, aunque mi verdadera meta es jugar en la selección nacional de fútbol femenino. Nadie me va a quitar esa ilusión. No me temblaron las piernas en mi debut, llevo peor lo de las entrevistas, no estoy acostumbrada y me dan miedo. ¿Lo de cambiarme y ducharme? No es tan complicado. Primero lo hacen mis compañeros y después yo. O viceversa. No hay machismo".

Jugó 55 minutos y el Igualeja perdió 1-3 frente al Algaidas

Chispa se levantó al día siguiente con agujetas y un mosqueo monumental. Los aplausos, felicitaciones y cánticos que recibió desde la grada no ocultan un deje de decepción en su voz. "Soy futbolista y no puedo estar contenta porque perdimos 1-3. Jugué de lateral derecho e hice alguna jugadilla decente, le di un buen pase a un compañero pero él no logró marcar". Virginia cuenta que llegó a tocarle la fibra sensible el apoyo del público: "A los diez minutos de la segunda parte me cambiaron y me emocioné porque el Municipal estaba lleno y habían venido todos por mí. Llevo casi dos años entrenándome con mis compañeros y no noté mucha diferencia cuando salté al campo. Tampoco me ha hecho nunca nadie ningún comentario sexista".