Todavía es portero de un grande

Todavía es portero de un grande

Al fútbol moderno juegan los equipos, nunca el individuo; prima el bloque por encima del jugador. Y sólo pintan el fútbol de colores el Madrid y el Barça: el resto sobrevive en Primera. En ese amplio grupo de modestos, liderado por el Málaga, que optimizan sus escasas virtudes, corren más que en un campo de concentración y rizan coberturas para esconder los errores del compañero, sólo hay un puesto en el que estás vendido: la portería. Es la distancia entre el descenso o la salvación. Y el catalán marca diferencias. Es el mejor futbolista actualmente del Málaga. Aunque esa nunca es una buena noticia.

Porque el Málaga fichó a un porterazo. Anduvo dos años sin jugar por culpa de los caprichos de Peiró, (caprichos que también dejaban a Duda en la grada), sufrió las iras mediáticas y aguantó el arbitrario castigo de Van Gaal tras aquel fatídico gol de Roberto Carlos. Muchos palos. Ostracismo. Lesiones. Pero aquel guardameta que tapió con cemento y ladrillo su portería en Wembley, aquel que copó las pesadillas de todos los delanteros del Arsenal, ha madurado. Es aún mejor. Y juega en el Málaga.