Cuando el rival se encierra mucho atrás en nuestro campo hay que empezar a pensar en tener otra respuesta, poner otro delantero más". Lo dijo Frank Rijkaard el sábado, todavía con el miedo en el cuerpo tras el empate agónico del Barcelona ante el Zaragoza, contra el que perdía por 0-2 a falta de un cuarto de hora. Ni con un rosario de errores arbitrales que lo han favorecido de forma notoria el equipo del holandés consigue meterse en lo alto de la Liga, y no sólo Rijkaard es partidario de algún retoque. Ayer fue el presidente, Joan Laporta, quien se metió en el terreno del entrenador y reclamó públicamente cambios en el sistema de juego del Barça.
"El equipo debe encontrar el equilibrio del año pasado y, sobre todo, ser más resolutivo. Hemos comenzado de manera irregular, pero debemos estar tranquilos porque el equipo es muy sólido", dijo Laporta en TV3. "Hay tantas esperanzas e ilusiones puestas en este equipo que todos queremos que esté al máximo en cada partido, y tenemos todo el derecho de exigirlo".
El presidente fue invitado a enviar un mensaje a los aficionados y dijo así: "Que estén tranquilos, porque los técnicos son los primeros que son conscientes de esta situación y están motivando a los jugadores para que la intensidad que tienen al final de los partidos, la tengan también al principio". Y repitió que el Barça cuenta "con todos los elementos" para volver a ser campeón.
Cruyff pide ritmo. Amigo, cliente de su despacho profesional y consejero en materia futbolística, Johan Cruyff se sumó a la iniciativa de criticar el juego del Barça y envió un mensaje a Laporta y a Rijkaard. En su artículo en La Vanguardia, el ex entrenador sostiene que "los últimos cuatro (partidos) han servido para que el Barça viva entre debates". Y sigue Cruyff: "No se trata de rotaciones, descansos o como se le quiera llamar. Se trata de que el Barça, una vez más, volvió a jugar al trantán (...) sin apretar, con un ritmo lento de balón y sin magia, porque la magia la tienen que poner Ronaldinho y Deco".
Eusebio admite que sopesan la posibilidad
"Siempre que no suponga demasiados cambios en la forma del juego". Sólo esa condición puso Eusebio Sacristán, uno de los muchos integrantes del cuerpo técnico del Barcelona, para admitir que Frank Rijkaard está sopesando la posibilidad de retocar el esquema de juego del equipo. Aunque Eusebio no dio pistas de por dónde pueden ir los tiros, varios medios de comunicación han coincidido ya en que el Barça jugará con menos precauciones defensivas cuando se enfrente en el Camp Nou a rivales que se encierran en su propio terreno y renuncian a atacar. Hasta el momento Rijkaard había confiado en el mismo sistema y casi en los mismos hombres que le dieron el título de Liga la pasada campaña, un 4-3-3 con el trío de ataque formado por Giuly, Etoo y Ronaldinho. Los suplentes ofensivos, como Larsson, Maxi López o Ezquerro apenas han tenido un puñado de minutos, mientras que Messi se perfila como el jugador que sirva de revulsivo para el anodino juego del Barça, que Johan Cruyff define como de "trantrán". "Es algo que estamos valorando y que vamos a intentar, o por lo menos tener este recurso. Lo podemos hacer, pero siempre de una manera muy controlada", dijo Eusebio a Catalunya Ràdio.
