El primer gol de Roberto Carlos al Mallorca fue un prodigio de técnica y potencia. En el análisis se observa cómo Roberto persigue el balón con la vista como un golfista mira la bola al golpearla (1). Y recibe el balón lanzado por Beckham con la palma de la mano derecha abierta (2) para marcar el giro y la izquierda abierta como ala de avión para el balance del cuerpo. Gira cuerpo y pierna izquierda en el gesto del latigazo (3), golpeando el balón con el empeine exterior (4), que imprime una salida al balón con efecto parábola, de derecha a izquierda. La tensión máxima de la acción se aprecia en la pierna de apoyo (5) con el gemelo soportando la carga del cuerpo y el pie de apoyo en puntillas (6) para lograr la rotación en el impulso. Con la inclinación del cuerpo (7) lanza el balón picado para embocar a gol dando dos botes previos. Pura precisión.